Canarias no consigue frenar el proceso de empobrecimiento que sufre desde la década pasada. Lejos de acercarse a los niveles de riqueza del país, las Islas cerrarán 2018 incluso a mayor distancia que el año pasado. Y lo que es peor, el Archipiélago también empeorará el próximo ejercicio. Es decir, en 2019 estará aún más lejos de conseguir llegar a la riqueza media de España.
Así lo prevé Funcas, el think tank dedicado a la investigación económica y vinculado a la obra social de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), en su último informe sobre las previsiones macroeconómicas de las comunidades autónomas. En 2019, y por primera vez en toda la serie histórica, que abarca desde el año 2000, Canarias cerrará un ejercicio con la renta per cápita por debajo del 80% de la cifra nacional. Así, por cada cien euros del Producto Interior Bruto (PIB) per cápita estatal, uno de los indicadores más utilizados para medir el bienestar social porque relaciona la producción económica de un territorio, en definitiva la renta, con su número de habitantes, el de Canarias cerrará el próximo año en 79,5 euros. En otras palabras: las Islas nunca antes habían sido tan pobres en relación con el resto de España.
El análisis de la evolución del PIB canario pone de manifiesto, contrariamente a lo que podría parecer en un primer vistazo, que el proceso de empobrecimiento relativo en que está sumida la Comunidad Autónoma no comenzó con la crisis, sino que viene de mucho más atrás. Hay que remontarse al comienzo de la década anterior, en concreto a los años 2000-2001, para encontrar el momento en que el Archipiélago empezó a alejarse de la riqueza media nacional. En esos años, el PIB per cápita de la región estaba a punto de converger con el nacional. En 2001 la renta media por individuo era en el conjunto del país de 17.160 euros, y en Canarias, de 16.759. Eran, por tanto, casi iguales. El PIB por individuo en las Islas equivalía a, exactamente, un 97,7% del PIB per cápita en España. A partir de ese momento, y cuando aún faltaban siete años para el estallido de la crisis económica, la renta media en la Comunidad Autónoma comenzó a alejarse cada vez más de la nacional, produciéndose así un proceso de empobrecimiento relativo que mantiene a la región en el furgón de cola del país.
La pronunciada caída en que lleva sumida la economía regional -en términos siempre de PIB per cápita- desde hace 17 años ha convertido aquel equilibrio de 2001 en una sensible diferencia. Según la primera estimación del Instituto Nacional de Estadística (INE), el PIB per cápita canario es hoy, con datos al cierre del año pasado, de 20.425 euros. Es el cuarto incremento interanual consecutivo desde los 18.761 euros en que quedó en 2013 tras los años más duros de la crisis. El techo se alcanzó en los 21.186 euros de 2008, cuando había quien vaticinaba que la entonces incipiente crisis no duraría mucho. De modo que las Islas aún no han alcanzado los niveles de antes de la crisis. Con todo, ese máximo de 2008 ya solamente alcanzaba el 87,3% de los 24.275 euros del PIB per cápita estatal. Así pues, entre 2001 y 2008 la renta media canaria se alejó diez puntos de la nacional. Aumentaba en Canarias pero lo hacía mucho más en España. Cuando la economía comenzó a decaer, las rentas medias autonómica y nacional también empezaron a disminuir, pero si hasta ese momento crecía más la estatal que la regional, a partir de entonces se redujo más la regional que la estatal. En definitiva, la riqueza media en las Islas siguió alejándose de la media nacional también durante la crisis, y en la misma tendencia continúa. Los 20.425 euros del PIB per cápita canario en 2017 suponen un exiguo 81,7% de los 24.999 euros de la cifra nacional, siempre según la estimación del INE. Lo peor, con todo, es que el informe de Funcas advierte de que la brecha se habrá agrandado también a final de 2018 y que lo seguirá haciendo en 2019.
Menor crecimiento
El análisis del think tank prevé que el PIB de la Comunidad Autónoma crecerá este año un 2,1% y un 2% en 2019, en ambos ejercicios por debajo de la media nacional y entre los cuatro menores crecimientos de entre las 17 regiones del país. El PIB per cápita, para cuyo cálculo entra en juego la variable de la población, crecerá menos, un 1,4% en 2018 y un 0,6 el próximo año. Y ¿en qué se traducen estos porcentajes en la posición de Canarias en relación con el conjunto del país? Pues en que la riqueza media por canario continúa alejándose de la riqueza media por cada ciudadano español. En 2018, el PIB per cápita autonómico se quedará en un 80,4% del nacional, para caer por primera vez en 2019 por debajo del 80% (79,5). En otros términos: por cien euros de renta que genere la economía española por cada uno de sus ciudadanos en 2019, la canaria generará apenas 79,5 euros. La casi igualdad de 2000-2001 se ha deteriorado así sobremanera.
De hecho, solo Andalucía, con una riqueza media que apenas llega a un 73,6% de la nacional, y Extremadura, con tan solo un 69,9%, terminarán 2019 con una brecha incluso mayor que la del Archipiélago. Las Islas se quedan así entre las tres regiones más pobres del país en términos relativos. Un problema al que, además, se suman las dificultades para la redistribución de la renta que caracterizan a la economía canaria. Es decir, no solo se trata de que hay poco que repartir -al menos en relación con la media nacional-, sino de que, además, lo que hay no llega a toda la sociedad, lo que explica los altos índices de pobreza y exclusión social que casi todos los informes atribuyen a las Islas.
Un reciente estudio de la consultora Corporación 5, que dirige el presidente de la patronal CEOE-Tenerife, José Carlos Francisco, ya avisó de ese empobrecimiento relativo de las Islas, en su caso con datos hasta el cierre de 2016. El análisis concluye que la Comunidad Autónoma "no ha sabido convertir el crecimiento demográfico", es decir, el crecimiento de su población y, por tanto, de su potencial fuerza de trabajo, "en creación de valor". Desde la patronal se hizo hincapié tras trascender las conclusiones del estudio en que la legislación "contraactividad", como, por ejemplo, la moratoria turística, está en el origen de este proceso de empobrecimiento que aún sigue abierto.
