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Entrevista | Inbal Orpaz

"En Israel los héroes no son Messi o Neymar, sino los emprendedores"

"Es fundamental perder el miedo al fracaso, lograrlo evita que una idea se quede en el cajón", destaca la consultora experta en tecnología y desarrollo de ecosistemas de innovación

Inbal Orpaz, ayer en la sede de Marine Park, en la capital grancanaria. QUIQUE CURBELO

¿Qué necesita un país o una región para entrar en el mapa global de las startups ?

Ante todo, generar un ecosistema con presencia de todos los actores. Los emprendedores como figura central, pero también debe haber inversores, gobiernos, universidades, aceleradoras de proyectos... Esa sería la infraestructura, la otra parte sería la salsa secreta.

¿A qué se refiere?

Un chef necesita tener encima de la mesa ingredientes de la máxima calidad, pero tan importante o más es que sepa crear una receta que conjugue todos y depare un gran plato. Esa es la fórmula mágica y en el ámbito al que nos estamos refiriendo, ese éxito lo marcan aspectos sociales y culturales.

¿Por ejemplo?

Saber abrazar el fracaso, que es muy importante, perderle el miedo, enfrentarlo. La gran mayoría de las startups, en torno al 90%, acaban en nada. Eso tiene que estar superado social y culturalmente. Es necesario dar ese paso y merece la pena intentarlo, por el rédito que reportan las que sí alcanzan el éxito.

¿Y de todos estos ingredientes cuáles le faltan a Canarias?

Existen personas en las Islas que están mucho más al corriente que yo. Puedo hablar de la percepción de los pocos días que llevo aquí.

A eso me refería, ¿cuál es la impresión que ha recibido?

El ecosistema está en una fase muy inicial, en la que lo más importantes es animar a los emprendedores y motivarles. En Tel Aviv, por ejemplo, ves a la gente en la calle con un ordenador, conectada y trabajando. Volvemos a esa necesidad de implantar una cultura que allí se traduce en la rápida detección de mejoras a implementar. En cuanto se halla una carencia a una nueva aplicación, son muchos los que se lanzan a completarla. La gente joven puede trabajar en grandes multinacionales, pero no les quita el sueño conseguirlo o no, porque en realidad una aspiración mayor es la de convertirse en emprendedores y tener su propia startup.

¿Qué visión se tiene allí de un emprendedor?

Es un héroe. La mayoría sueñan con ser emprendedores y los medios de comunicación se vuelcan con los éxitos que alcanzan.

Entiendo que lo de héroe debemos tomarlo como una licencia hiperbólica, exagerada.

Para acotar lo que le comento, le aseguro que allí los héroes no son Messi ni Neymar, sino los emprendedores. No se estigmatiza a quien no saca adelante su proyecto y los honores para quienes lo logran son muchos. Volvemos a esa necesidad de perder el miedo al fracaso. Es fundamental, es lo que alimenta el ecosistema y evita que una idea se quede en el cajón; hay que intentar concretarlas y volver a intentarlo rápidamente con otra en cuanto alguna agota su recorrido sin cristalizar.

¿Existen ejemplos de que esto sea así?

Muchos, pero le pongo uno paradigmático. Dov Moran es un emprendedor israelí y se le conoce sobre todo porque fue quien hizo posible que transportemos y transfiramos gigas de datos fácilmente; inventó el pen drive, una auténtica revolución. El éxito fue de alcance mundial, pero decidió vender su empresa y fracasó estrepitosamente con la siguiente. Eso que a priori puede entenderse como un desastre no lo es, no tuvo ningún efecto paralizante y él continúa siendo un emprendedor de éxito.

Volvamos a Canarias. ¿Con qué ingredientes se cuenta ya?

Están la mayoría: motivación, apoyo institucional, universidades, dedicación, inversores... Faltan emprendedores y es necesario animar a quienes reúnen el perfil a intentar dar el paso.

Este verano se creó el primer fondo de capital riesgo canario. ¿No es un poco tarde?

Todo lleva su tiempo, lo importante es caminar hacia el objetivo. Israel tiene ocho millones de habitantes, 70 años de historia, 300 multinacionales están instaladas en el país y el número de startups oscila entre 5.000 y 8.000. Llegar a estos números ha costado 30 años. El primer venture capital (fondo de capital riesgo) lo creó el Gobierno en los años 90. Bien, este verano se ha constituido el primero aquí. ¿Es tarde? Nunca lo es, la cuestión es lo que ocurra a partir de este momento.

El propio Israel o Silicon Valley son ejemplos con mucho recorrido. ¿No existe el riesgo de que el talento que pueda surgir aquí emigre rápidamente?

Lo fácil es tener una idea, todo el mundo puede tener una y eso sucede en cualquier lugar. Lo importante es lo que viene después, desarrollar el producto, encontrar inversores y clientes. Es decir, nadie va a emigrar para tener una idea, pero hay que generar el ecosistema necesario que permita desarrollarla con las mismas garantías que en cualquier otro lugar. Para ello es fundamental estar conectados, tener acceso a ese networking en el que encontrar la inversión y hasta a los ejecutivos que pueden conducir a ese proyecto a hacerse realidad. O , incluso, detectar en esas redes necesidades de grandes empresas a las que los emprendedores pueden aportar soluciones.

¿Qué papel juegan en todo esto los medios de comunicación?

Voy a centrarme en los aspectos negativos. La información sobre las grandes empresas, las historias de éxito, tienen un hueco garantizado. Eso es lógico, pero sí es necesario dar salida a iniciativas que buscan reportar algo al conjunto de la sociedad. En Israel existe una economía dual, la de las empresas tecnológicas, que aportan el 10% del empleo, y la de los negocios más convencionales. Pues se intenta atraer al tecnológico a colectivos minoritarios como árabes, ultraortodoxos o los que en el pasado han estado apartados de este ámbito, como podemos ser las mujeres. Eso necesita y merece una amplia cobertura.

¿Cómo puede subirse Canarias a la rueda de la innovación y la tecnología?

Lo ideal es hacerlo a través de actividades en las que ya destaca. Claramente el turismo, pero también puertos, astrofísica o investigación marino-marítima. No hay que inventar un negocio nuevo, sino innovar en lo que ya se es puntero para sacarle más partido y conectar con otras empresas, abrirse para hallar financiación y clientes. Otro aspecto importante en el que las Islas tienen mucho que aportar es como campo de pruebas para testar prototipos.

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