El Gobierno de Canarias reconoció ayer abiertamente que el brexit tendrá consecuencias negativas en las Islas. La salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) amenaza con deteriorar un volumen anual de negocio de más de 5.700 millones de euros. Un nuevo escenario posbrexit que entraña riesgos para las muchas empresas canarias con intereses en Gran Bretaña e Irlanda del Norte, desde donde vienen, además, la mayoría de los turistas que cada año visitan el Archipiélago. El consejero de Economía, Industria, Comercio y Conocimiento del Ejecutivo regional, Pedro Ortega, evidenció ayer la preocupación en el seno del Gobierno y exhortó a los empresarios a adoptar, "sin demora", medidas que permitan paliar las consecuencias del brexit y preservar ese volumen de intercambios con el Reino Unido.

Una vez descartada, al menos a corto plazo, la posibilidad de que la relación Canarias-Reino Unido disfrute de un estatus especial tras la salida de los británicos del club comunitario, el Ejecutivo autonómico trata ahora de hacer ver a las empresas la importancia de protegerse ante futuras eventualidades. En la apertura del seminario La empresa española ante el 'brexit', celebrada en la Cámara de Comercio de Gran Canaria y de la que informó Europa Press, el consejero se mostró más claro que nunca al exhortar al empresariado isleño a analizar los futuros escenarios una vez consumado el divorcio entre la UE y el Reino Unido y cómo pueden influir en sus negocios.

"Afectará fundamentalmente a los agentes del sector privado, a los operadores profesionales y económicos", admitió Ortega, que destacó a renglón seguido la trascendencia de que las empresas "de todos los tamaños, incluidas las pequeñas y medianas, se preparen y tomen medidas sin demora". ¿Cómo? Pues "evaluando el posible efecto de un escenario límite sobre su modelo de negocio, tomando las decisiones económicas necesarias y completando todos los trámites administrativos necesarios antes del 30 de marzo de 2019". En otras palabras, poniéndose en el peor de los escenarios posibles: el de una depreciación considerable de la libra, lo que afectaría a la capacidad de compra de los británicos y reduciría el volumen de turistas, y el de la estricta consideración del Reino Unido como país tercero, lo que encarecería las exportaciones e importaciones por la recuperación de los aranceles. "Supone imaginar todos los escenarios posibles y evaluar todos los riesgos, planificar una respuesta y reaccionar a las posibles situaciones resultantes", ahondó el representante del Ejecutivo canario.

En cifras, la relación de Canarias con el Reino Unido representa alrededor de un 13%del Producto Interior Bruto (PIB) de la Comunidad Autónoma. El gasto de los ciudadanos británicos que optaron por pasar sus vacaciones en las Islas en 2017 ascendió a 5.470,9 millones de euros. Se trata de la cifra más alta de la historia a pesar de que el brexit ya ha sobrevolado la economía británica; aunque, de momento, sin afectar al negocio turístico canario. Además, el volumen de las exportaciones -fundamentalmente hortalizas- superó los 50 millones de euros, y el de las importaciones superó los 176 millones.