El ataque con drones que mantiene bloqueado desde el miércoles por la noche el aeropuerto de Gatwick, el segundo más importante del Reino Unido, ya ha afectado a unas 2.000 personas que tenían previsto despegar o aterrizar en trece de las 27 conexiones programadas ayer con el Archipiélago. De las trece operaciones suspendidas con Canarias en plena temporada navideña, siete eran de salida y seis de llegada. Tenerife Sur contaba con seis enlaces, Lanzarote con tres, y tanto el aeródromo de Fuerteventura como el de La Palma con otros dos cada uno, según datos facilitados por AENA. La incidencia de este bloqueo tiene especial relevancia para las Islas, pues Reino Unido es el principal mercado emisor de turistas para la región.

El caos aeroportuario que ha provocado la ofensiva con vehículos aéreos no tripulados ha alterado los planes de viaje de 110.000 personas que debieron embarcar en 760 vuelos. Los vuelos que no han sido cancelados fueron desviados a otros aeropuertos del Reino Unido y también a los de París y Amsterdam.

La persistencia del ataque ha obligado al Ejército británico a intervenir. Un equipo de especialistas de las fuerzas armadas británicas se desplegó para interceptar los aparatos. Hasta que quede resuelto este incidente, el Gobierno británico ha levantado las restricciones nocturnas de vuelos durante la madrugada en algunos aeropuertos británicos con el objetivo de minimizar las consecuencias del incidente del aeropuerto de Gatwick. Con esta medida, el Ejecutivo de Reino Unido busca reubicar en otros vuelos al mayor número de pasajeros posible que quieran llegar al país y a aquellos que quieran marcharse.

El aeródromo londinense cerró todas sus pistas de aterrizaje desde las 21.03 horas del miércoles debido a la presencia de varios drones que sobrevolaban la zona. La pista central recuperó su operatividad durante poco más de 45 minutos, cuando nuevos drones fueron detectados y volvió a clausurarse el aeropuerto de manera indefinida hasta tener "la seguridad adecuada de que es apropiado reabrir la pista".

Gatwick se encuentra a unos 50 kilómetros al sur de Londres y es uno de los aeropuertos con mayor tráfico aéreo de Europa, junto con el de Heathrow. No en vano, durante el periodo festivo se estima que unas 2,9 millones de personas pasen por este recinto durante las vacaciones navideñas.

Las autoridades aeroportuarias han pedido disculpas a los afectados en su cuenta de Twitter y han destacado que la seguridad es "la mayor prioridad". El aeropuerto indicó en una nota que los pasajeros que tengan billetes para Gatwick pueden utilizarlos en el de Luton sin coste alguno y que tienen derecho a su devolución íntegra si así lo desean si no pueden viajar. Sostiene, a su vez, que los billetes de ayer son válidos para hoy.

En Reino Unido, el uso de estos aparatos cerca de las terminales aéreas está penado con hasta cinco años de cárcel. Según la ley británica, es ilegal volar drones a un kilómetro del límite de un aeropuerto.

La policía de Sussex manifestó que los modelos de las naves no tripuladas en el ataque son, a priori, industriales. El superintendente de este cuerpo de seguridad, Justin Burtenshaw, calificó el trabajo para localizar a los responsables de "minucioso" y "difícil". "Cada vez que tratamos de llegar cerca del operador, el dron desaparece. Cuando vemos si reabrimos la pista, el dron vuelve a aparecer. Estoy convencido de que es un acto deliberado para interrumpir Gatwick", afirmó. Según las fuerzas del orden, "no hay absolutamente ninguna indicación que sugiera que está actividad esté relacionada con el terrorismo".

La Asociación Británica de Pilotos Aéreos señaló que se debe entender que estos aparatos no son solo unos juguetes y pueden tener "consecuencias catastróficas" si chocan contra un avión mientras que la Asociación Europea de Aerolíneas Regionales (ERA) pidió una regulación de seguridad "más fuerte" de los drones. La ERA subrayó en un comunicado que es necesario tomar medidas para que estos vehículos dirigidos por control remoto no puedan llegar hasta aeropuertos o aviones. En su nota, la ERA señala que el uso de drones en un medio ambiente regulado tiene amplios beneficios comerciales, pero su control por parte de personas con poco conocimiento de la seguridad de los aeropuertos puede provocar una gran alteración de las terminales y suponer una amenaza para la seguridad de los aviones. "Es ahora una prioridad reforzar las leyes y crear más amplias zonas de exclusión aérea alrededor de los aeropuertos", reclamó.