Igual que desde hace varias semanas se palpa la Navidad en toda la geografía de Canarias, con las calles de las ciudades y pueblos iluminadas y decoradas para estas fechas, el ajetreo de compras ha llegado también a los mercados de abastos. Los mataderos insulares de Gran Canaria y Tenerife trabajan a pleno rendimiento para satisfacer la demanda sobre todo de corderos, cochinillos y lechones, mientras se han incrementado notablemente las ventas de hortalizas como las papas o batatas, atípicamente económicas en comparación con otras navidades.

Santiago Bolaños, gerente del Mercado de Vegueta, en Las Palmas de Gran Canaria, asegura que ya no se produce la subida de precios en los productos más codiciados, como sucedía antaño aprovechando la creciente demanda para las cenas de Nochebuena y Nochevieja. "El mercado de la alimentación es muy maduro, hay mucha oferta y mucha competitividad, por lo que los precios son más estables y ya no se dan esas grandes variaciones", afirma. Los consumidores han cambiado progresivamente sus hábitos de compra y ya no consideran tan necesario proveerse de alimentos semanas antes de las fiestas para ahorrar costes.

Los langostinos y los aguacates son los entrantes más demandados por los canarios para la noche del 24. Solo en la primera quincena de diciembre, en Mercalaspalmas se han comercializado cerca de 51 toneladas de esta fruta, de las que más de la mitad corresponden a la variedad hass, la más cara y en la que sí se ha registrado un incremento en el precio del 52% respecto al mes pasado, alcanzando los 8,68 euros por kilo frente a los 3,50 euros el kilo en Mercatenerife. Por otro lado, si bien los langostinos y gambones congelados se mantienen durante todo el año a 17 euros el kilo en Mercalaspalmas, la comercialización de estos mariscos incrementa de los 900 kilos de media al mes registrados en septiembre y octubre, hasta las 26 toneladas en noviembre y diciembre.

En el Mercado de Vegueta, el pescadero Adrián Santana explica que el importe de los langostinos no suele variar a lo largo del año porque "hay mucha competencia y si subes los precios, no vendes", afirma.

Asimismo, para garantizar la calidad y frescura de los productos cárnicos que llegarán a las mesas canarias, los mataderos insulares de las islas capitalinas han incrementado notablemente su actividad en los últimos días. "Hemos pasado de sacrificar entre 30 y 40 animales al día, a 220", tanto ovinos, vacunos y porcinos como, en menor medida, avícolas, explica Alfredo López, gerente del Matadero de Tenerife. Quien detalla que, para cumplir con todos los pedidos, estas instalaciones han aumentado la plantilla en nueve personas durante unas tres semanas.

López subraya que en general en diciembre se consume más carne "no solo porque apetece más con temperaturas frescas o por los días festivos, sino también por las cenas de empresas y las citas de amigos". Su homólogo en el Matadero grancanario explica que el trabajo en este centro se organiza, excepcionalmente en estas fechas, a través de cupos y con solicitud previa de los ganaderos. Además, "nuestros empleados amplían su jornada laboral porque el trabajo se incrementa entre el 15 y el 25% durante unos 20 días", prosigue Agustín González, quien enumera que se han sacrificado 668 baifos, 496 corderos, 642 cerdos, 123 vacas y más de 25.000 pollos en esta semana previa a Nochebuena y para abastecer, principalmente, a la isla de Gran Canaria.

"A nosotros nos sale algo más caro comprar la carne a los productores en estas fechas, pero nunca hemos repercutido ese incremento a nuestros clientes", asevera Roberto Santana, responsable de una de las carnicerías del Mercado de Vegueta, mientras atiende a una larga fila de personas. Por este motivo, reconoce que en su negocio aumentan las ventas en Navidad, pero no así los ingresos, pues "no nos parece justo que si nos compran todo el año, les subamos los precios por las fiestas". Además, concluye Santana, "así conseguimos que los clientes puedan esperar hasta el final para comprar y consumir el producto lo más fresco posible".

Tampoco faltarán los pescados en los menús isleños. María del Pino Hernández, responsable de una de las pescaderías de la plaza de la capital grancanaria, no para de recibir encargos telefónicos. Y coincide con el resto de vendedores en que "como los clientes ven que no suben los precios, se esperan hasta última hora para comprar". Principalmente, explica Hernández, pescado entero para cocinar al horno, "pero también me piden mucho cherne y rape, que lo estamos vendiendo a 13,90 y 15,90 euros el kilo", respectivamente.

Tanto si han optado por carne como por pescado para el menú de Nochebuena, en lo que sí está de acuerdo la mayoría de la clientela de las Islas es que las papas son el mejor acompañamiento para ambas propuestas. No en vano, cabe destacar que en Canarias se producen anualmente más de 148 toneladas de este tubérculo en unas 9.500 hectáreas. "Las del país nuevas, de Tejeda y Gáldar, papas para arrugar y la papa negra de Güimar son las más solicitadas en estas fiestas", relata Alberto Jiménez tras un mostrador lleno de frutas y verduras en el Mercado de Vegueta. Además, indica que la papa del país está a 1,30 euros el kilo, "se ha puesto muy barata, porque hace unos 15 días estaba a 1,80 euros y otros años suele subir de precio, pero está siendo una Navidad atípica", afirma con extrañeza.

Por último, el postre. Sin duda uno de los manjares estrella de la Navidad en Canarias siguen siendo las truchas de batata, el otro tubérculo más comprado en estas fechas. Mercalaspalmas ha comercializado en la primera quincena de diciembre más de 5 toneladas a un precio medio de 1,38 euros el kilo, el más barato de los últimos 4 meses; y en Mercatenerife, donde tiene casi el mismo precio, 1,40 euros el kilo, se superó la venta de 6 toneladas. El precio de este producto, del que se cultivan en las Islas 4.107 toneladas al año en más de 345 hectáreas, rozó las pasadas navidades los 5 euros el kilo, pero en esta ocasión "está más barata que nunca, la estamos vendiendo a 1,80 euros", concluye Alberto Jiménez para seguir despachando con diligencia.