Canarias dejará de cobrar el IGIC a los turistas británicos desde que se produzca la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE). Tras el brexit, los súbditos de Gran Bretaña e Irlanda del Norte que pasen sus vacaciones en el Archipiélago podrán solicitar que se les reintegre el dinero que pagan en concepto de IGIC por las compras en esa joyería de la calle Triana o en esa perfumería de la Milla de Oro de Playa de las Américas. La Agencia Tributaria Canaria está estudiando en estos momentos la fórmula idónea para llevar a cabo las devoluciones y que no se genere descontrol alguno en los comercios, sobre todo en el pequeño establecimiento. No en vano son más de cinco millones los británicos que cada año visitan las Islas, todos ellos potenciales beneficiarios de la futura política de tax free que están diseñando en la Hacienda de la Comunidad Autónoma.

Una vez tenga lugar el divorcio del Reino Unido y la UE, los turistas de Gran Bretaña e Irlanda del Norte dejarán de tener la consideración de ciudadanos comunitarios. Uno de los temores en Canarias es que el brexit -que en principio se materializará a las 00.00 horas del próximo 30 de marzo- desemboque en la devaluación de la libra esterlina y, por tanto, en la pérdida de capacidad económica de ingleses, escoceses y norirlandeses. Esto tendría un doble efecto negativo para el sector turístico del Archipiélago, tanto por los británicos que se verían obligados a renunciar a sus vacaciones como por aquellos que, aunque siguieran viniendo a las Islas, tendrían que ser más cautos a la hora de gastar dinero durante su estancia.

Los turistas del Reino Unido gastaron en 2017 para pasar sus vacaciones en Canarias un total de 5.470,9 millones de euros. De ese total -que incluye lo desembolsado en origen para, por ejemplo, contratar al turoperador-, hasta 1.537,2 millones corresponden al gasto efectivamente hecho en las Islas, según los datos del Instituto Canario de Estadística. Es decir, más de 1.500 millones en restaurantes, comercios, tiendas... Cifras que justifican la preocupación existente en las empresas y las instituciones por las posibles consecuencias del brexit. Y es precisamente en la pérdida de la condición de ciudadanos comunitarios de los británicos donde el Gobierno de Canarias y el sector comercial ven una vía para paliar las posibles repercusiones de la ruptura. El turista no europeo tiene derecho a que se le reintegre lo pagado en concepto de Impuesto General Indirecto Canario (IGIC) durante su estancia. Tanto en el Ejecutivo como en el empresariado están convencidos de que instaurar progresivamente una política de tax free en las compras que hagan los británicos impulsará las ventas y, en definitiva, la facturación del comercio. La idea es que lo que se pierda en recaudación pública será mucho menor de lo que se gane por otras vías. Para empezar porque la medida favorecerá especialmente a las pequeñas y medianas empresas, que en la actualidad se ven en desventaja con los establecimientos de grandes centros comerciales. Mientras que las tiendas de estas grandes superficies, sobre todo las orientadas hacia el sector del lujo, se encargan de gestionar la devolución del IGIC a los turistas no comunitarios -mayoritariamente rusos-, el pequeño comercio no ofrece esta ayuda. De ahí que el cliente que quiere comprar un reloj, una joya o un abrigo, sobre todo si su precio es considerable, opte en mayor medida por adquirirlo en un gran centro o superficie comercial.

"Se abre una ventana importante para el comercio", explica la directora de la Agencia Tributaria Canaria, María Jesús Varona. Ella y otros representantes de la Hacienda autonómica han mantenido en los últimos meses múltiples reuniones con responsables de las zonas comerciales abiertas y del sector en general, quienes han insistido en la importancia de que se introduzca un sistema que facilite la devolución del IGIC a los ingleses tras el brexit. En la Agencia Tributaria están a la espera de recibir la pertinente orden de la Consejería de Hacienda, si bien tienen ya preparado todo el engranaje normativo a falta de decidir qué sistema utilizar para la devolución del dinero.

Uno de los sistemas que se está estudiando es que haya entidades autorizadas para hacer de mediadoras entre el comercio y el turista. El ciudadano británico recibiría una factura proforma con el detalle de la operación cuando haga su compra y con este documento iría a esa entidad mediadora, que sería la encargada de gestionar el reembolso del dinero. La idea es que esa entidad esté "en la puerta de al lado", es decir, en las principales calles y zonas comerciales de la región. Esta posibilidad exige que haya empresas que vean negocio en desempeñar ese papel de mediadora, lo que tiene mucho que ver con el número de comercios que las contraten. Normalmente, los comercios que en el resto de España facilitan el reintegro de impuestos a los turistas no comunitarios -el IVA en el caso peninsular- suelen estar identificados con el cartel de tax free o libre de impuestos. Sumarse a esta política se convierte así en una estrategia para identificarse frente a la competencia.

El otro sistema que están analizando en la Agencia Tributaria Canaria es el que ya funciona en aeropuertos como el de Madrid-Barajas Adolfo Suárez. Para ello sería necesario introducir un tipo especial de factura que permitiera su lectura óptica y la instalación en los aeropuertos de máquinas o dispositivos lectores. Estos artefactos son los que harían posible el reintegro del impuesto sin necesidad de tener que pasar por la aduana para el sellado de las facturas. Este es el método por el que se ha apostado en el caso del IVA, que es el gemelo peninsular del IGIC. De hecho cada vez son más los aeropuertos que cuentan con este tipo de máquinas.

Varona expone que el impacto de la devolución del IGIC a los británicos en la recaudación pública será mínimo -"estamos hablando de tipos impositivos muy bajos", detalla-, máxime si se tiene en cuenta la contribución de la medida al comercio. La directora de la Agencia Tributaria dice que los comerciantes están convencidos de que los ingleses "se animarán" a comprar más con la política del tax free, sobre todo en las zonas turísticas.