Soy auxiliar de laboratorio y entré a trabajar en Tirma hace trece años. Al terminar el ciclo formativo nos dieron a elegir entre varias empresas para hacer prácticas y yo opté por Tirma. Afortunadamente, al finalizar mis prácticas me dieron la opción de quedarme a trabajar aquí. Yo tenía veinte años.

Creo que opté por Tirma para hacer mis prácticas porque sus productos están siempre en nuestra memoria, en la de todos los canarios, y por eso te llaman la atención. Tengo entre mis recuerdos de la infancia aquellos bocadillos de chocolate Tirma que mi madre me daba, con ese chocolate que traía una vaquita por fuera.

En trece años las cosas han cambiado mucho, hay nuevos productos y mejor tecnología, pero siempre está presente la huella de las personas que trabajamos aquí. Todos estamos capacitados profesionalmente y recibimos formación de manera de manera continua para ejercer nuestras tareas, pero también ponemos nuestro corazón en los productos de una marca que nos identifica desde mucho antes de entrar a trabajar aquí.

El trabajo del laboratorio consiste en la recepción de las materias primas y materiales, de los que se extraen muestras para su revisión. También revisamos las muestras del producto semielaborado y del producto final. Es decir, realizamos un control del producto en cada etapa de su elaboración.

Además de los análisis y ensayos físico-químicos hacemos también los controles de cata. Por ejemplo, la cata del café cuando entra en fábrica, cuando se tuesta, y una vez tostado se define su bouquet.

Para ello, nos reunimos un grupo de personas que hemos realizado los cursos de cata correspondientes y buscamos un perfil del producto antes de ponerlo en su vía de comercialización.