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Turismo Un destino en transición

Los empresarios aventuran un año turístico "raro" para el Archipiélago

Desde noviembre de 2018 detectan un cambio de tendencia

Los empresarios aventuran un año turístico "raro" para el Archipiélago

A mediados de los años setenta del pasado siglo, se vendían en Nueva York parcelas ubicadas en unas lejanas islas atlánticas a través de despachos como el de Garrigues Walker. Que los inversores desconocieran hasta entonces la existencia de Canarias no les impidió comprar aquellos terrenos y participar, así, en el incipiente desarrollo turístico de lo que hoy es un consolidado destino europeo. La anécdota la contó el director del Observatorio del Paisaje de Canarias, Juan Manuel Palerm, en la inauguración del reciente congreso que promovió sobre turismo y sostenibilidad. Medio siglo después, aquella sociedad empobrecida salió de la marginación y entró en un recurrente e inacabado debate sobre el uso turístico de su territorio. Y en él sigue al inicio del 2019, el año que dará paso a la segunda década del siglo XXI y que el turismo afronta con inquietantes incertidumbres y serios retos: "2019 está siendo ya un año turísticamente raro", sostuvo la vicepresidenta de Ashotel y directora general de GF Hoteles, Victoria López, ante el público asistente al citado congreso celebrado en La Laguna.

No es, ni mucho menos, la única empresaria que ha recurrido a ese calificativo para describir el estado de ánimo del sector, la confianza empresarial en lenguaje de Exceltur, ante ciertos factores "preocupantes". Y citan otros, además de la recuperación de destinos competidores del norte de África o la aún incierta fórmula de salida de Reino Unido de la UE: "No es solo el Brexit, hay otros síntomas que se vienen notando desde noviembre del pasado año, como la apuesta decidida de los turoperadores por otros destinos no españoles", reconocían en un encuentro privado empresarios turísticos majoreros. Y añadían: "Nosotros, de hecho, ya estamos realizando un plan de ajustes ante la eventualidad de que el año nos dé algún susto. En cualquier caso no va dar las rentabilidades que hemos obtenido hasta ahora".

Bajar el precio no es, todavía, la principal opción de los empresarios canarios para afrontar el cambio de ciclo turístico. Creen, en su mayoría, que aún hay margen para mantenerlos, pese a que hace un año los turoperadores ya advirtieron en Fitur, la feria que comienza esta próxima semana en Madrid, que los destinos españoles perdían competitividad por la carestía de sus precios. Los niveles de ocupación son, sin embargo, aún lo suficientemente elevados para renunciar al margen de beneficios que supone mantenerlos.

"La cuestión está en interpretar qué entienden los empresarios por raro", reflexionó un grupo de investigadores turísticos tras la mesa de debate en la que Victoria López compartió su percepción de los tiempos que corren. Y como analistas del sector, hicieron un balance del turismo desde otra perspectiva: "La primera pregunta a la que tendríamos que responder es porqué somos lo que somos. Después, entender que ahora afrontamos un periodo transitorio y concluir que, en la tensión entre turismo y territorio, no se sabe aún hacia donde evolucionaremos", resumió el catedrático de la ULPGC y director del Tides Carmelo León.

Somos lo que somos porque, en sus orígenes, el turismo se construyó al margen de cualquier ley del suelo, y sin apenas ordenación, a través de la figura de los Centros de Desarrollo Turístico que impulsó el ministro franquista Manuel Fraga. Y cuando los inversores extranjeros construyeron los primeros alojamientos, "hubo dinero para hacer hoteles, pero no carreteras o depuradoras. Las infraestructuras no se levantaron al tiempo que las estructuras". Es decir, continuó Palerm, "no se ordenó la actividad, tan solo se le dieron facilidades a los inversores. Y así el turismo, más que resolver problemas, los creó".

En la transición en la que, según Carmelo León, habitan hoy el turismo y la sociedad canaria, lo cierto es que "una buena parte de los ciudadanos no se siente partícipe; el turismo es para ellos un medio hostil". "Cuidado con demonizar al turista de masa", advirtió sin embargo el presidente de Ashotel Jorge Marichal. Y añadió: "Nosotros hemos hecho lo que ustedes, los planificadores, nos han dicho y como nos lo han dicho".

Tanto los expertos que participaron como los agentes públicos y privados coincidieron en valorar que el destino Islas Canarias "está demasiado normatizado y burocratizado", es decir, sobre-regulado. El alcalde de Adeje, José Miguel Rodríguez Fraga, opinó que "sobre nuestros destinos actúan demasiadas administraciones", pese a lo cual la legislatura llegará a su fin sin haber realizado una reforma de la ley turística, cuestionada en parte por el TSJC. Y lo mismo ocurre con el decreto sobre el alquiler vacacional, hasta el punto de darse la paradoja de que, pese al exceso de normas, el turismo canario carece hoy de una regulación actualizada. Su judicialización es, además, uno de los factores que está perjudicando al sector. Y en gestión "seguimos en la inercia, con un elevado nivel de descoordinación y muchas dificultades para conectar lo público y lo privado", según Fernando Senante, gerente del Consorcio de Rehabilitación del Puerto de la Cruz.

El Congreso Invasión o Recurso hizo converger los análisis que en los últimos quince años se han realizado sobre el turismo, tanto en el desarrollo de los destinos mediterráneos como atlánticos. Expertos de máximo nivel de las Islas Griegas, de Italia, Madeira, la Costa del Sol, Mallorca o Canarias, compartieron el origen y evolución de la diversidad de sus destinos, tratando de explicar la transformación de sus paisajes en clave contemporánea. Porque tan cierto es que "la sociedad de aquel entonces produjo turismo, como que el turismo ha producido una nueva sociedad".

Además, "el turismo nos dejó un litoral bipolar, plagado de bellezas naturales y horrores artificiales", reflexionó la arquitecta Ángela Ruiz. Aunque para su colega María Jesús González: "No está claro dónde empieza el espacio natural y termina el artificial: el espacio urbano también es paisaje". La doctora Rocío Narbona concluyó, por su parte, que "el turismo es parte indisoluble de Canarias. Ya no puede separarse lo que es turístico de lo que no lo es". Y todas reclamaron que "los impactos ambientales sean incluidos en la ecuación del turismo". De ahí que la cuestión, según Palerm, pase por "dotarnos de nuevas herramientas para dar solución a los problemas de hoy. Sobra legislación y falta estrategia".

Faltan, también, canales para que el conocimiento turístico incida mucho más sobre la gestión pública del sector. Para que las numerosas investigaciones académicas, y la capacidad transformadora de su visión, tengan aplicación práctica. Para tomar las decisiones correctas sobre "la invasión de recursos turísticos que nos ha llegado", según resolvió el griego Spiros Papadopoulos, profesor de la Universidad de Tesalia, la ecuación que plantearon los organizadores del congreso. Al respecto, el consejero de Turismo del Cabildo de Tenerife, Alberto Bernabé dejó en el aire cuestiones de calado: "Ya no se venden nuestras parcelas en Times Square, pero los canarios tenemos que ir Palma de Mallorca a negociar con las grandes cadenas. Y eso no es de recibo. Lo que deberíamos preguntarnos en esta tierra es por qué no hemos logrado ser un Centro Turístico de Referencia ni contar con un turoperador propio".

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