Thomas Cook Group anunció este jueves un cambio estratégico de su negocio que implicará la "revisión estratégica" de la división aérea del grupo, Thomas Group Airlines, en la que se considerarán todas las opciones, entre las que no se descarta una venta, para aumentar el valor de los accionistas del grupo.

"Necesitamos una mayor flexibilidad financiera y mayores recursos para acelerar la ejecución de nuestra estrategia de diferenciación: invertir en el fortalecimiento de nuestros hoteles de marca propia, en seguir digitalizando nuestros canales de venta e impulsar mayores eficiencias", afirmó el consejero delegado del grupo turístico británico, Peter Frankhauser.

El primer ejecutivo de Thomas Cook aseguró que este proceso de revisión está en "una etapa temprana", por lo que se proporcionará más información a su debido tiempo, pero insistió en que "se considerarán todas las opciones para aumentar el valor para los accionistas e intensificar el enfoque estratégico".

Al respecto, el directivo subrayó que el grupo ha experimentado una transformación significativa en los últimos cinco años, optimizando sus operaciones y centrándose tanto en sus aerolíneas como en sus operadores turísticos. Sin embargo, para acelerar su estrategia en hoteles de marca propia necesita financiación.

Recientemente, Thomas Cook Hotel Investments (TCHI), el brazo inversor de Thomas Cook y LMEY Investments, cerró una ronda de financiación de 51 millones de euros con CaixaBank con el objetivo de hacerse con hoteles en España, especialmente en Canarias, y en los países en torno al Mediterráneo.

Respecto a su división aérea, Thomas Cook explica que hasta ahora su objetivo ha sido crecer de manera rentable para convertirse en un grupo aéreo de ocio líder en Europa, que ha implicado la revisión continua de su estructura de costes para mantener la competitividad en un mercado "muy fragmentado".

De hecho, a principios de 2018 creó una nueva aerolínea, con base en Mallorca, denominada Thomas Cook Airlines Balearic para complementar su oferta uniéndose a las diferentes compañías aéreas propiedad del touroperador británico, ocupando el hueco dejado por el cese de Monarch Airlines.

La nueva filial se unía así al resto de compañías aéreas del touroperador con base en Alemania como Condor, Reino Unido y Escandinavia, añadiendo un nuevo certificado de operador aéreo (AOC, en sus siglas en inglés) en la isla balear.

Actualmente, Thomas Cook Airlines opera con una flota de 103 aviones. En 2018, experimentó un fuerte crecimiento con 20 millones de pasajeros, unos ingresos de 3.500 millones de libras esterlinas (3.991 millones de euros) y unas ganancias operativas de 129 millones de libras esterlinas (146,7 millones de euros), un 37% más.

Thomas Cook, que ha avanzado sus cuentas trimestrales, ha destacado los progresos en su estructura de costes, pero ha apuntado que las reservas reflejan la incertidumbre de la demanda, especialmente en Reino Unido.