Un total de 25 trabajadores fallecieron en Canarias en 2018 en accidentes laborales, de los cuales 19 personas murieron en su puesto y seis en traslados (in itinere), y además hubo 260 heridos graves o muy graves, según datos difundidos este martes por Comisiones Obreras.

"La precariedad domina el mercado laboral y pasa factura en términos de salud o muerte", han denunciado representantes de Comisiones Obreras de Canarias, que también han destacado que la mala calidad en el empleo lleva a que el número de declaraciones de enfermedades laborales sea "ridículo" en relación a la incidencia real.

Carmen Marrero Falcón, secretaria de salud laboral de CCOO Canarias, indicó en rueda de prensa que los datos del Instituto Canario de Seguridad Laboral muestran que en 2018 aumentó el número de accidentes laborales con baja médica en un 3,57%, los mortales en un 26,67%, los graves y muy graves en un 44,44% y los leves en un 3,29%.

Para CCOO, es preocupante el aumento de los accidentes laborales en el sector de la construcción, que fueron un 25,32% más, y también subieron un 9,78% en el sector industrial y el 8,17% en el sector primario, mientras que solo bajaron en el sector servicios, aunque únicamente un 0,67%. En total, en Canarias hubo 60.790 accidentes laborales en 2018, de los que 24.677 causaron baja laboral. De los 19 accidentes mortales en el puesto de trabajo, diez lo fueron por patología no traumática (infartos y derrames cerebrales).

La mayoría de los accidentes mortales en el puesto de trabajo se produjeron en el sector servicios, nueve, seguido de la construcción con seis, la industria con dos y la agricultura con dos.

La alta incidencia de infartos y derrames en estas muertes está relacionada con los riesgos psicosociales de los puestos de trabajo, la tensión, el trabajo por objetivos, la precariedad, la temporalidad y las plantillas reducidas, según Víctor Toledo, del gabinete de salud laboral de CCOO.

Para este sindicato, el aumento de los accidentes con baja médica está relacionado con el empeoramiento en las condiciones de trabajo y el agravamiento de dolencias por la falta de soluciones a las situaciones de riesgo.

"El modelo de empleo y la siniestralidad van de la mano", denuncia CCOO, y añade que la corta duración de los contratos, la temporalidad y la alta rotación no dejan lugar para la formación en actuaciones preventivas.

Estos datos de accidentalidad solo reflejan los casos tratados por las mutuas, ya que en numerosas ocasiones estas situaciones son tratadas por los servicios públicos de salud, ya sea porque los derivan las propias mutuas o porque los afectados prefieren ir al médico de familia sin comunicarlo a la empresa para conservar el empleo.

La inseguridad laboral está también detrás de que la declaración de enfermedades profesionales en Canarias sea "anecdótica", según Comisiones Obreras, de manera que en 2018 solo se notificaron 229 casos.

El miedo a las represalias o a no ser renovado en el empleo lleva a que los trabajadores acudan a los servicios públicos de salud en vez de a las mutuas para tratar las enfermedades derivadas de su ejercicio profesional, según el sindicato.

De los 229 casos de enfermedad profesional notificados en 2018, el 77% fueron por trastornos musculoesqueléticos, el 11% por enfermedades de la piel, el 5,24% por agentes biológicos y el 3% por inhalación de sustancias.

Por primera vez en Canarias, el año pasado se declaró un caso de enfermedad profesional cancerígena (leucemia mieloide aguda), relacionada con la exposición a sustancias químicas como el benceno.