Trabajo en Quesos San Mateo desde 1985. He realizado muchas funciones en la empresa. Desde hace unos diez años soy maestro quesero. Este es un trabajo artesanal que ha ido evolucionando gracias a las mejoras que la innovación tecnológica nos aporta. Los tiempos de elaboración se acortan y el procedimiento se optimiza sin que ello suponga en ningún momento merma de la calidad ya que la materia prima sigue siendo la mejor leche de cabra, vaca y oveja que hay en el mercado.

Es un oficio muy bonito, principalmente porque hacemos quesos para nuestra gente, para los canarios. Cuando voy a un supermercado y veo a la venta los quesos de San Mateo me siento orgulloso de saber que es fruto de un proceso en el que yo he tomado parte.

Este oficio es mucho más que un trabajo, es la transmisión de un saber hacer. Yo lo aprendí de mi tío que también era quesero en esta fábrica. Yo ahora estoy trasladando mis conocimientos a Aarón. Se podría decir que es una herencia que hay que preservar porque la tradición de los quesos de San Mateo tiene que seguir viva y, por otra parte, la empresa también, porque es la fuente de trabajo de muchas familias.

Todo es importante, la experiencia de los empleados antiguos, la capacitación que traen los más jóvenes, en esa combinación uno va aportando cosas al otro cuando se van compartiendo las experiencias.

Tenemos muy buena calidad de leche que nos permite hacer un queso excelente. Es muy importante para todos los canarios consumir nuestros productos, no solo por su calidad sino también porque se contribuye con el desarrollo de nuestras Islas. Además, han sido hechos con mucho cariño.