Norwegian Air Shuttle pedirá a Boeing una indemnización por los 18 aviones que tiene inmovilizados -cuatro de ellos en Canarias- por las dudas sobre su fiabilidad. El trágico accidente que tuvo lugar el domingo en Etiopía, en el que murieron 157 ocupantes de una aeronave clase 737 Max 8 de Boeing, ha dado lugar al cierre a cal y canto de los cielos para este modelo del fabricante estadounidense. En el Archipiélago son siete los aparatos de este tipo que se encuentran parados, tal como confirmaron ayer fuentes de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA). Además de los cuatro de Norwegian, también TUI, Travel Service y Thomson tienen una aeronave inmovilizada cada una. Norwegian quiere que sea Boeing la que "pague la factura" de lo ocurrido. Es previsible que las demás aerolíneas afectadas se sumen a la reclamación de la empresa noruega.

El accidente de Etiopía provocó que el organismo de la Aviación Civil estadounidense lanzara una alerta sobre las "similitudes" del siniestro con otro que ocurrió en Indonesia en 2018 con el mismo modelo del fabricante norteamericano. Aunque la investigación de lo ocurrido con el avión de Ethiopian Airlines aún está lejos de concluir, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (la EASA según sus siglas en inglés), siguendo la estela de China, tomó la inédita decisión de vetar indefinidamente los vuelos del modelo 737 Max 8 de Boeing en su espacio aéreo. A la decisión de la EASA se unió casi de inmediato el organismo regulador de India, de modo que se quedaba ya paralizada la circulación de alrededor de un 60% de la flota operativa del ya polémico modelo, la versión más moderna del 737. Se da la circunstancia de que este nuevo modelo tenía entre sus objetivos reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera en 286.000 toneladas anuales, con un ahorro calculado de 90 millones de combustible también al año. El accidente en Etiopía deja ahora en el aire los pedidos de las aerolíneas a Boeing para comprar el modelo, operaciones que suman un montante de alrededor de 600.000 millones de dólares, más de medio billón de euros. El impacto del miedo y de las reacciones posteriores de los organismos reguladores de la aviación internacional provocaron que el fabricante estadounidense perdiera en solo 48 horas la friolera de casi 21.000 millones de euros. Eso sí, ayer minimizó algo sus pérdidas en la Bolsa neoyorquina e incluso llegó a cotizar en verde.

La alerta de las autoridades de Estados Unidos que generó la insólita decisión de la Agencia Europea de Seguridad Aérea y de India continuó generando ayer nuevos anuncios de países que también han cerrado sus cielos a los vuelos del Boeing 737 Max 8. Canadá, Ucrania, Iraq y Georgia han sido de los últimos, de un ya largo listado, en anunciar que tampoco quieren en sus cielos este aparato. A últimas horas de la tarde también Donald Trump anunciaba la paralización de estos modelos en Estados Unidos. En medio del caos, Airbus, la competencia directa de Boeing, anunciaba la venta de 20 aeronaves a Lufthansa por más de 5.000 millones de euros.

Aeronaves cautivas

La convulsión que se generó en el sector no ha pasado de largo tampoco en la Comunidad Autónoma. Norwegian es una de las aerolíneas que más utiliza el modelo 737 Max 8 en sus rutas con Canarias. No sorprende así que cuatro de las 18 aeronaves paralizadas a la aerolínea noruega, la tercera mayor compañía de bajo coste de todo el continente, estuvieran en el Archipiélago cuando comenzaron a caer los vetos sobre las aviones del fabricante norteamericano. Tres están inmovilizados en el aeropuerto de Gran Canaria -o cuando menos lo estaban todavía al cierre de esta edición- y el cuarto permanece en las instalaciones del aeródromo del sur de Tenerife. Además, TUI y Travel Service tienen otros dos aparatos parados en el aeropuerto de Gando y Thomson tiene también uno en Tenerife.

Los Boeing 737 Max 8 cuentan con 189 plazas, según la información de la propia Norwegian, de modo que el número potencial de personas afectadas por el bloqueo a la aeronave asciende solamente en Canarias a 1.323. En cualquier caso, ese sería el número máximo teniendo en cuenta una ocupación total de las plazas. No obstante, fuentes de AENA explicaron ayer que la gran mayoría de los pasajeros que se vieron afectados por las inmovilizaciones de estas siete aviones no han sufrido más problemas de los obligados por la situación. Norwegian, por ejemplo, ya utilizó otro tipo de avión en la misma tarde del martes para embarcar a sus clientes afectados, como también hizo Thomson, explicaron desde Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea.

Sin indemnizaciones

Aunque el caso de los pasajeros que se vieron salpicados por el bloqueo al 737 Max en las Islas no fue el peor de los episodios, sí hubo muchas personas que sufrieron las consecuencias en su jornada laboral o desplazamientos ineludibles. A pesar de que aún había ayer quienes apuntaban la posibilidad de que los afectados -pendientes de contabilizar en cifras exactas por la magnitud de los parones- pudieran recibir algún tipo de indemnización, lo cierto es que parece que no cabe esta posibilidad. Estos tienen derecho, según fuentes de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) citadas por Europa Press, a recibir asistencia por parte de la compañía, al reembolso del billete o bien a que se ponga a su disposición un transporte alternativo, como ha ocurrido en el caso de Canarias. Más allá de esto, lo sucedido encaja en el Reglamento Europeo 261, ya que se trata de "una circunstancia extraordinaria" no achacable a las aerolíneas, que no tendrían que responder.