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Desidia en las subvenciones al transporte

Fomento admite que no ha analizado los efectos que puede tener la desconexión del Reino Unido de la UE en las bonificaciones al envío de mercancías agrarias

La buena respuesta obtenida desde el ministerio que dirige Luis Planas en relación con la gestión ante Bruselas para paliar los efectos del brexit, contrasta con la que el Gobierno de Canarias y las asociaciones de exportadores encontraron en el ministerio de Fomento, que gestiona las ayudas al transporte de mercancías agrarias. Según aseguró el viceconsejero, la responsable de este departamento con la que se entrevistaron el jueves, María José Rallo, secretaria general de Transportes, les reconoció no tener conocimiento de este posible efecto del brexit, que "no había caído en que se pudiera dar esta situación", y que, en todo caso, "lo iban a analizar y a estudiar nuestras propuestas".

"No sabían que la salida del Reino Unido de la Unión Europea afectara a las ayudas, motivo por el cual ya nosotros, dentro de la comisión del brexit en Canarias, le habíamos trasladado esta información al ministerio de Exteriores, a la secretaria de Estado con la UE. Lo que resulta es que cada vez más los canarios tenemos que explicar nuestras circunstancias y ponerlas encima de la mesa constantemente para que se nos tenga en cuenta", declaró el viceconsejero ayer.

"Todavía hay plazo para que se puede solucionar y tenemos que estudiar que sea viable jurídicamente para que no perdamos ni un céntimo de ayuda, porque esto nos haría perder competitividad en las exportaciones y desaparecer como sector", argumentó Morales.

Esta medida es más fácil de contemplar porque la ayuda la otorga el Gobierno de España y no la UE, aunque sí debe ser autorizada por Bruselas una posible excepcionalidad como sería el caso de la exportación a un país no comunitario.

La razón de esta ayuda es compensar el gasto de mandar el producto hasta la Península (se calcula tomando como referencia Cádiz) para poder competir en igualdad de coste que los productos penínsulas, asumiendo el productor el coste del transporte a otro déstino comunitario. "Indiscutiblemente, si se nos quita eso, conlleva una pérdida de competitividad evidente con la Península y nuestros productos quedarían fuera del mercado", resaltó Morales.

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