El arranque del primer día de campaña de atún rojo, que comenzó con 15 días de retraso sobre la fecha prevista, estuvo marcado por un reparto desigual de las capturas -todas se concentraron en las aguas de la provincia de Santa Cruz de Tenerife- y por las discrepancias previas en el seno del sector a la hora de establecer la asignación de cuotas por barco.

Ni el aumento de algo más del 70% del cupo de atún rojo de Canarias para este año -de 255 toneladas pasa a 438,5-, ni la supresión de la modalidad de pesca olímpica -aquella en la que los pescadores salen a faenar sin cuota previa asignada- calman los ánimos en el sector. El descontento de una parte por los criterios aplicados en el reparto del cupo, representado especialmente por uno de las dos organizaciones de productores de la pesca (OPP) del Archipiélago, Islatuna, sigue latente. Vicente Rivero, su presidente, salió ayer a faenar, pero reclamó de nuevo que en el reparto de las cuota por embarcación se tenga en cuenta el número de tripulantes, las capturas históricas de los buques, la dependencia a la pesca del atún y a la eslora. Para Rivero, el Gobierno de Canarias es el principal responsable de la discordia que existe en el sector.

Y pese a que ayer los atuneros que faenaron en aguas occidentales llegaron a puerto con las manos vacías, no muestran el temor de otros años. Ya tienen las capturas garantizadas y otras embarcaciones no pueden consumir su cuota. El gerente de Optuna, Andrés Cedrés, no está del todo conforme con los criterios con los que se estableció el reparto de cuotas, porque cree que es necesario que se tenga también en cuenta el número de empleados, pero aun así afirma que con la nueva modalidad de pesca establecida esta campaña "se arreglaron las cosas mejor que otros años".

La Secretaría General de Pesca apuntó, en su resolución, que ante la imposibilidad de incorporar los datos de empleo "por la escasa consistencia y dispersión de los mismos", optó finalmente por establecer la distribución de las capturas por esloras. De este modo, del 90% de la cuota total del Archipiélago, un 40% la consumirá los buques de artes menores y el 60% por los buques atuneros cañeros estableciendo en ambos casos un límite de captura en función de la eslora. El 10% restante de la cuota se asigna linealmente a las embarcaciones con esloras por debajo de los 12 metros.

Las discrepancias en el seno del sector llevaron al presidente de la federación regional de cofradías, Fernando Gutiérrez, a presentar su dimisión. Valora el aumento de la cuota asignada a las Islas -que puede superar las 480 toneladas si finalmente llegan a las Islas 50 toneladas más de un remanente de 80 que liberó la Comisión Europea para el Archipiélago, Madeira, Azores e Islas Jónicas-, pero reclama llegar a las 900.

En esta campaña, además, se eliminan los dos periodos de pesca, porque podrían darse "bajos precios y una situación parcial de pesca olímpica" y se desarrollará de forma continua hasta el 6 de junio. Aun así, los festivos nacionales y los fines de semana no se podrá pescar atún rojo y, cuando se haya consumido el 80% de la cuota, la Secretaría de Pesca podrá cerrar de forma precautoria la pesquería para verificar el consumo real. En caso de que exista un "sobrepasamiento", la cantidad excedida se deducirá del cupo que asigne el Estado a las Islas en la campaña de 2020.