El recibo mensual del alquiler ha subido en Canarias una media de 140 euros desde que se produjo el boom de la vivienda vacacional. En paralelo, el salario medio no solo no ha crecido, sino que incluso ha bajado a consecuencia de la crisis económica. El isleño tipo cobra hoy unos 23 euros menos de lo que cobraba en 2010, dos años después de que se fundara la plataforma de anuncios Airbnb y momento en el que comenzó el auge del negocio del alquiler turístico. En definitiva, el arrendamiento de una casa de 86 metros cuadrados -que es el tamaño medio de las viviendas en la Comunidad Autónoma- cuesta hoy un 25% más. Y, además, hay que pagarlo con un 1,4% menos de sueldo.
Aunque el negocio del alquiler turístico no es nuevo -hay localidades de las Islas que deben a esta actividad la llegada de turistas desde antes del desarrollo de la industria hotelera-, el boom no se produjo hasta la actual década gracias a plataformas digitales como Airbnb, fundada en 2008, o HomeAway, que vio la luz cuatro años antes. A partir de 2010, el crecimiento de la vivienda o el piso vacacional, es decir, el alquiler del inmueble a turistas para unos días, una semana o una quincena, ha sido exponencial.
Y Canarias no ha sido una excepción, ni mucho menos. Sin embargo, esta especie de nuevo subsector dentro de la actividad turística ha dejado también consecuencias negativas.
A pesar de que este tipo de alquiler seguramente no sea el único responsable -no pocos expertos achacan el problema más a la falta de vivienda pública que a otros factores-, lo cierto es que la vivienda vacacional está detrás del encarecimiento de los arrendamientos convencionales o para largas temporadas. ¿Por qué? Pues porque muchos propietarios han comprobado que sacan más rédito alquilando sus pisos, casas o chalés a los turistas que haciéndolo a un residente que permanecerá una larga temporada en la vivienda. Lo que finalmente ha desembocado en que haya localidades como Guanarteme, en Las Palmas de Gran Canaria, o islas como Lanzarote en las que la oferta de alquiler convencional es prácticamente inexistente. Las cifras evidencian hasta qué punto se ha producido una burbuja en el mercado de los arrendamientos en el Archipiélago.
En los primeros meses de 2010, el precio medio del alquiler mensual en Canarias era de 6,8 euros por cada metro cuadrado. El tamaño medio de las casas en el Archipiélago es de 86 metros cuadrados, con lo que el arrendamiento de la vivienda tipo en las Islas costaba entonces 585 euros al mes.
En estos momentos, según las últimas cifras de la base de datos de Fotocasa -las instituciones carecen de estadísticas representativas de los precios de los alquileres-, arrendar esa misma vivienda sale por 728 euros, 143 euros más. O lo que es lo mismo: 8,46 euros por metro cuadrado, una subida de casi un 24,5%.
Para darse cuenta de hasta qué punto se trata de un incremento desorbitado basta con apuntar que el IPC, el Índice de Precios de Consumo, solamente ha aumentado en Canarias un 8,3% en el mismo período. En otras palabras: los alquileres han subido el triple de lo que lo han hecho los precios del conjunto de bienes y servicios en la región.
Por si fuera poco, el salario medio en las Islas es de 1.606 euros mensuales, cuando en 2010 era de 1.629. El canario medio paga así por una vivienda media 143 euros más con 23 euros menos de sueldo.
