El último presidente de la comisión de control de La Caja de Canarias, José Ramón Durán Alday, asegura que el SIP (Sistema Institucional de Protección) de BFA-Bankia cargó pérdidas contra reservas y no contra resultados, "en contra de la reforma financiera", algo que no podía haberse hecho "porque no había una fusión".

En un contexto de fusión se hubiera podido hacer, pero el SIP no era una fusión", aseguró ayer durante su declaración como testigo en la Audiencia Nacional en el juicio por la salida a Bolsa de Bankia.

A su juicio, pese a la autorización del Banco de España a la operación, esa posibilidad "no tenía ningún fundamento, porque se basa en una normativa que no se corresponde". "Está en contra de la reforma financiera. La reforma financiera dice que no se puede hacer, y lo hace", abundó.

Asimismo, durante su declaración explicó que era posible comprobar los deterioros en BFA antes de la reformulación, simplemente con comprobar las comunicaciones públicas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Así, apunta que pese a que la reducción patrimonial del grupo se realizó con posterioridad, el balance de fondos propios ya reflejaban un deterioro del 88%, y que por ello pidió la suspensión de la formulación de las cuentas de La Caja de Canarias, ya que esta entidad había perdido valor "en correlación" al deterioro de BFA.

Durán denunció en julio de 2012 ante la Fiscalía Anticorrupción las "irregularidades contables" de las que tenía conocimiento en la entidad canaria. En ellas acusaba a los responsables de la entidad entonces de haber falseado sus cuentas desde 2008, así como de administración fraudulenta y otros delitos, pero su denuncia fue archivada en 2017 al no advertirse la existencia de indicios de los delitos denunciados.