El año pasado fue un buen ejercicio para Cajasiete. La entidad financiera mejoró todos sus indicadores, aumentó el volumen de crédito concedido y fortaleció la solidez de su negocio con una ratio de solvencia muy superior a la media del sector. Pese a que todos los análisis detectan que el ritmo de crecimiento económico se ha desacelerado, la cooperativa de crédito no lo ha notado.

Así lo aseguró ayer su director general, Manuel del Castillo, durante la presentación de los resultados anuales. No obstante, Del Castillo recurrió a un dicho de su cosecha -"hoy la nueva crisis está más cerca que ayer"- para advertir de que los ciclos económicos abocan a periodos de dificultad, aunque confió en que se trate solo de una "ralentización".

Desde que se inició la crisis y durante la recuperación posterior, Cajasiete ha mostrado una tendencia opuesta a la de la generalidad de las entidades financieras, creciendo en empleo, oficinas y cifras de negocio. La plantilla de la empresa está constituida por 370 personas y la cifra de socios de la entidad alcanza ya los 52.271, la mayor parte de los cuales son personas físicas, aunque también entre ellos hay empresas y algunas cooperativas. Del Castillo, atribuyó a la filosofía de prudencia que guía a la entidad los buenos resultados obtenidos en los últimos ejercicios y, en concreto, en 2018. La ratio de solvencia -un 15,57%, más de dos puntos por encima de la de 2017 y 4,2 puntos superior a la media de la banca- responde a la costumbre de "almacenar recursos propios para cuando vengan mal dadas". "Todo se capitaliza y va a cimentar el futuro de nuestra sociedad", añadió Del Castillo, que destacó la "salud" de la que goza Cajasiete, a la que auguró un porvenir "largo y venturoso". La fidelidad a unos "valores" y el rechazo a embarcarse en "proyectos faraónicos" han contribuido, apuntó, a que la entidad se haya mantenido al alza, sin comprometer su red de oficinas ni sus puestos de trabajo, en un entorno de dificultades para el sector.

Otro factor que sustenta el buen desempeño de Cajasiete es la política de proximidad que desarrolla. "Conocer al cliente hace que las ratios de dudosidad minoren, y eso nos hace más eficientes", argumentó Del Castillo, que confesó que eso le ha costado alguna discusión con el Banco de España.

Los créditos a los clientes se incrementaron un 7,6% durante el año pasado y se situaron en 1.540 millones de euros. Aproximadamente la mitad, tuvieron a familias como destinatarios. De cada cien euros que se prestaron en el Archipiélago, 4,3 proceden de Cajasiete. En este aspecto también ha tenido la empresa un comportamiento distinto al que ha caracterizado a la mayoría de la banca: en los primeros años de la crisis mantuvo el crédito y en los últimos cinco lo ha elevado "con fuerza". En cuanto a los depósitos de clientes, aumentaron un 7,5%, hasta alcanzar los 2.054 millones.

Los resultados del ejercicio antes de impuestos ascendieron a 21,4 millones de euros. De ellos, 17,1 millones pasan a engrosar las reservas, con el objetivo de fortalecer los recursos propios y las perspectivas de crecimiento. La rentabilidad de la cooperativa de crédito canaria se encuentra por encima de la media del sector -10,71% frente a 7,4%-, mientras que sus índices de morosidad "evolucionan favorablemente".