La campaña del atún rojo se cerró ayer con un tercio de la cuota asignada al Archipiélago sin capturar. El reparto por cupos que se estrenó este año en las Islas no ha tenido el efecto deseado y 147 de las 438,5 toneladas de túnidos asignadas al caladero canario se han quedado sin pescar. El sector pesquero y el Gobierno de Canarias han reclamado durante años un aumento de la cuota de atún permitida en las Islas porque la cantidad fijada en zafras anteriores resultaba insuficiente. Justo en la temporada que Madrid aprueba un incremento del 71%, la flota atunera, que otras ocasiones ha agotado el cupo en un solo día, no consume el total asignado.

El portavoz de la Federación de Cofradías de Pescadores de Canarias, Fernando Gutiérrez, señala que la razón principal por la que se han dejado de pescar 147 toneladas en la región responde a causas naturales. Gutiérrez expone que los túnidos se han desplazado más alejados de la costa que en otras ocasiones, pero también que la zafra se abrió con demasiado retraso. A principios de marzo, indica, era mayor el volumen de atunes que navegaban por aguas canarias y no a mitad de ese mes.

Pero no todo el sector está de acuerdo con este criterio. Una parte, la que se opuso desde un principio al nuevo reparto por cuotas establecido en Canarias, ya había advertido de la posibilidad de que se dejaran de pescar en las Islas, como mínimo, 100 toneladas. La Secretaría General de Pesca puso este año punto y final a la modalidad olímpica, aquella en la que las embarcaciones salen a faenar sin una asignación previa, para dar paso a un nuevo plan que tiene en cuenta el censo al que pertenece cada buque y su tamaño, estableciendo así las cantidades límites por eslora. Este reparto no contentó a todo el sector, que reclamaba a Madrid que tuviese en cuenta el número de tripulantes de cada barco. El Estado descartó este aspecto por la escasa consistencia de los datos y la dispersión de los mismos, algo que a su juicio podría ocasionar grandes distorsiones en el reparto a cada buque.

El presidente de una de las dos organizaciones de productores de la pesca del Archipiélago, Vicente Rivero, siempre ha reclamado que se tuviese en cuenta no solo la eslora y los datos de empleo, sino también la dependencia a la pesquería del atún rojo y las capturas históricas de cada buque.

El reparto aprobado por Madrid tuvo en cuenta parte de la propuesta presentada por el Gobierno canario junto con todas las cofradías, pero Rivero siempre discrepó porque en el censo de barcos había, según señaló, más de cien embarcaciones que nunca habían pescado un atún rojo, lo que a su juicio ponía en peligro parte de la cuota asignada a Canarias este año.

Gutiérrez reconoce que la entrada en escena de la nueva modalidad de pesca ha influido en el resultado final de esta campaña porque algunos pescadores, al saber que tenían su cuota asegurada, se confiaron y dejaron pasar demasiado tiempo. "Cuando han salido, los atunes ya estaban algo lejos y como son barcos pequeños no han podido desplazarse", esgrime. La coincidencia con otras pesquerías, como la del barrilote o la tuna, "también ha tenido algo que ver". En cualquier caso, Gutiérrez señala que el sector, junto con el Ejecutivo regional, había solicitado que cuando restasen unas 100 toneladas se abriese la pesca olímpica, pero que Madrid rechazó su petición.