Desde el mes de diciembre del pasado año, las empresas han tenido que afrontar cambios obligadas por reformas normativas de calado. Las dudas se multiplican en torno al modo en que deben afrontarse cuestiones como el control horario o los planes de igualdad. Para despejar dudas, la consultora PricewaterhouseCoopers (PwC) organizó unas jornadas en el Club LA PROVINCIA en las que también se contó con el testimonio directo de los responsables de recursos humanos de importantes empresas del Archipiélago.

Inmaculada Herranz, socia del área de Derecho Laboral de PwC, fue la encargada de describir el contexto legal en el que desde ya deben moverse las mercantiles. Definió el control horario al que obliga la reforma laboral como "una oportunidad y un riesgo". Es decir, tanto puede convertirse en una herramienta para mejorar la efectividad de la empresa, como en un termómetro que fije la medida en que se está produciendo una sobrecarga de trabajo que, como marca el real decreto de marzo, el empresario "debe compensar".

En torno a este asunto, el director de Recursos Humanos de Ahembo, Guillermo Villar, se quejó del tono amenazante empleado por la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, advirtiendo a las empresas de las sanciones a las que se exponen si no adoptan con rapidez políticas que den cabida al nuevo marco normativo.

Herranz matizó que "la flexibilidad" a la que aludió Valerio cuando se dio a conocer la obligación de que las empresas registren las horas que hacen sus trabajadores era el tiempo transcurrido entre la aprobación del real decreto, en marzo, y su entrada en vigor, el pasado 12 de mayo.

Por su parte, Daniela Postiglione, directora de Personas y Desarrollo del Talento de Cajasiete, consideró "anacrónica" la medida en un tiempo en el que en muchos casos "se trabaja por proyectos" y la presencia física "no garantiza" una mayor efectividad.

También María Rivero, responsable de Desarrollo y Comunicación Interna de Grupo Domingo Alonso, mostró sus reservas ante esta iniciativa en un tiempo en el que cobra gran protagonismo "el teletrabajo".

Desde el público, el director general de Trabajo del Gobierno de Canarias, José Miguel González, alertó a los presentes de la existencia de "muchas horas extraordinarias que no se pagan ni se compensan".

Una de las dudas planteadas fue el modo de controlar el horario de los trabajadores desplazados. Herranz utilizó como ejemplo a los integrantes del departamento comercial, cuya función les lleva a estar más en la calle que frente a un ordenador. Postiglione señaló que en Cajasiete han puesto en marcha una aplicación que funciona a través del smartphone o mediante llamada telefónica.

La socia del área de Derecho Laboral de PwC aclaró que en estos casos en los que la naturaleza de la labor desarrollada no implica la asistencia al centro de trabajo basta con "una autodeclaración del trabajador", ahora bien, es el empresario el que "debe verificar la información".