En Canarias antes se desahuciaba por el impago de los recibos de la hipoteca, mientras que ahora se desahucia por el impago de los recibos del alquiler. Así lo corroboran los datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que ponen de manifiesto hasta qué punto la extraordinaria subida del precio de los arrendamientos está echando a los inquilinos, literalmente, de sus casas.

Durante el primer trimestre del año se contabilizaron en la Comunidad Autónoma un total de 1.009 lanzamientos, de los que hasta 675 fueron porque los arrendatarios dejaron de pagar el alquiler. Es decir, el 67%, o lo que es lo mismo, prácticamente siete de cada diez.

Esto se debe a que el boom del alojamiento vacacional no sólo está acabando con la oferta de casas en alquiler para los residentes en la capital grancanaria sino que ha disparado desde hace un año los precios de los pocos que hay disponibles. Así lo aseguran varias inmobiliarias consultadas por este periódico que reconocen también que el tremendo auge del alquiler vacacional está aumentando entre un 20% y un 30% la venta de inmuebles, que permanecía parada hasta hace casi dos años.

El principal perjudicado de este fenómenos son los residentes, que se las ven y se las desean para encontrar un piso. Hay zonas como Las Canteras, Guanarteme o La Isleta en las que encontrar un piso es una verdadera misión imposible.

Edificios enteros de apartamentos que se dedicaban al alquiler vacacional han sido vendidos y los inquilinos se han encontrado con que sus nuevos dueños no les renuevan el alquiler.

Por otro lado, las comunidades de vecinos denuncian los trastornos que les ocasiona la convivencia con los turistas, que a veces se convierte en una auténtica cruz. Los grandes beneficiados son los propietarios de los inmuebles a los que este tipo de alojamiento turístico multiplica sus ingresos mensuales por cuatro o más.