Cuentan con escasa visibilidad, pero les sobra el talento, las ganas de crear un proyecto propio y la experiencia adquirida durante toda una carrera laboral. Son los emprendedores senior, audaces nuevos empresarios con más de 50 años, y están preparados para darse una segunda oportunidad y comerse el mercado laboral a bocados.

El emprendimiento se ha convertido en el motor que impulsa a hombres y mujeres que necesitan una vía para seguir adelante y no detenerse nunca. Muchos no conciben su vida laboral de otra manera más que siendo sus propios jefes, otros tienen una necesidad de reinventarse y otros se ven obligados por la falta de trabajo por cuenta ajena, a buscar su propio plan B. Es el caso de los emprendedores de más de cincuenta años.

Esta situación supone un nuevo comienzo laboral, un reciclado que les lleva a enfrentarse a grandes retos, pero con las ideas muy claras. Normalmente vienen de haber sufrido un proceso de ERE o una prejubilación, aunque también los hay que se aventuran por el placer de afrontar un nuevo reto en sus carreras, y siempre por la necesidad de seguir siendo productivos y desarrollar nuevas ideas.

Conocen los procedimientos, dominan las metodologías de trabajo y saben lo que funciona a base de experiencia. Son capaces de detectar rápidamente un problema y darle una solución con la misma agilidad. Suelen desarrollarse por su cuenta en áreas de consultoría, financiera o I+D. Pero su talón de Aquiles se sitúa en las nuevas tecnologías, el manejo de las redes sociales o el acceso a otras innovaciones como la Inteligencia Artificial o el Big Data.

Sin embargo, tal y como destaca Sandra Rodríguez, presidenta de AEMPYME, Asociación Española de Emprendedores, Micropymes y Pymes, "cada vez más, los emprendedores senior están adquiriendo a través de la formación, conocimientos tecnológicos para alimentar sus conocimientos y poderlos aplicar en los emprendimientos".

Mayo cerraba con un total de 1.556.030 Autónomos y 1.339.188 Pymes, de las cuales 1.154.115 son microempresas, 159.015 son pequeñas empresas, y 26.058 son medianas, según datos del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social.

Sin embargo, no hay datos concretos sobre el emprendimiento senior en España. Mientras en otros países sí se realizan estudios sobre esta población. Desde AEMPYMES hacen referencia al Informe Especial del Global Entrepreneurship Monitor sobre Emprendimiento Senior, publicado en abril del 2018, y que analiza la actividad emprendedora en 104 países. Dicho informe señala que un 18% de los emprendedores son senior (entre 50 y 64 años), otro 18% son de mediana edad (de 30 a 49), un 13% es de la tercera edad (de 65 años en adelante) y solo un 11% es joven (entre 18 y 29 años). Es decir que "hay más emprendedores 'jubilados' que millennials" destaca Rodríguez.

Falta de visibilidad

El emprendimiento senior además cuenta con pocas ayudas públicas diseñadas específicamente para este segmento de la población, al contrario de lo que ocurre con las ayudas diseñadas para jóvenes. Salvo contadas excepciones, los mayores de 50 años optan a las mismas ayudas que el resto de emprendedores, por lo que la edad supone un hándicap.

Quienes deciden comenzar un nuevo proyecto mantienen una productividad y siguen contribuyendo a la economía del país. Los mayores de 50 años tienen poca visibilidad, a pesar de lo que aportan. Según indican desde AEMPYME, además pueden revertir todo su conocimiento y actuar como 'business angels', ya que no solo crean sus propios negocios, también pueden ayudar, y mucho, a los millenials a consolidar sus modelos de negocio.

El trabajo de apoyar a este colectivo y a sus necesidades finalmente lo realizan empresas privadas y sus fundaciones. Por ejemplo, el Programa Imparables de Aquarius. Este es el primer programa intergeneracional de emprendimiento social puesto en marcha para mayores de 60 años, y va ya por su tercera edición. En esta ocasión, el ganador ha sido José Manuel de Ben, cuyo proyecto '3DImpact' ha sido dotado con un total de 5.500 euros en concepto de capital semilla para poner en marcha su iniciativa.

Esta no es la primera vez que José Manuel pone en marcha un proyecto. Él desarrolló su carrera profesional en el mundo de las nuevas tecnologías, como asalariado, pero también como su propio jefe. Sin embargo, tras jubilarse su mente inquieta le llevó a poner en marcha un proyecto más. A sus 69 años le seguía 'picando el gusanillo' y además, "estamos viviendo un momento de gran efervescencia en cuanto a las tecnologías y no quería quedarme fuera. También me ha motivado hacer algo por la sociedad y el medio ambiente", comenta. Y es que su proyecto se basa en la recuperación de residuos y cartuchos que se producen con la impresión 3D, y es de un proyecto inclusivo que da trabajo a personas en riesgo de exclusión social.

Ellas también

El número de mujeres emprendedoras, en general, en España creció del 17% en 2017 al 22% en 2018. "Esto es una clara demostración del crecimiento del papel de la mujer en el mundo empresarial" destaca Eva Serrano, presidenta de ASEME, Asociación Española de Mujeres Empresarias, y continúa "la mujer emprendedora y empresaria es más conservadora en su toma de decisiones, y por ello sus proyectos empresariales suelen avanzar de forma más solvente y estable". Pero "a pesar de que ellas a partir de los 50 años, viven una situación familiar que requiere menos dedicación, lo que les anima a emprender, la financiación es una barrera, y está muy relacionada con la edad", subraya.

Tradicionalmente, ellas se han centrado en la hostelería y el comercio. Sin embargo, "cada vez más las mujeres asumen retos en las áreas tecnológicas, especialmente aquellas que han desarrollado una carrera profesional en este sector, y ven truncada su carrera profesional por prejubilaciones o EREs", comenta la presidenta de ASEME.

Para estas mujeres emprender más allá de los 50 les permite también romper el techo de cristal.

En España los hombres y mujeres que emprenden más allá de los 50, necesitan tener más visibilidad y apoyo, debido a lo mucho que pueden seguir aportando a la sociedad y a la economía. Ellos ponen las ganas, la ideas y la experiencia laboral adquirida tras muchos años.