En 1974 comencé a trabajar en Aguas de Teror, en aquel entonces la mayor parte del proceso se hacía de forma manual. Tan solo había una pequeña. lavadora y una taponadora, incluso las botellas las llenábamos a mano.

En aquel momento era operario, y hacía un poco de todo. Entonces, la plantilla de trabajadores no era tan grande y trabajamos duro para sacar adelante la producción, incluso los domingos. Desde aquel entonces la fábrica ha cambiado mucho.

Hoy en día soy responsable de línea y me encargo de controlar todo el proceso productivo, desde que el agua entra en el sistema, hasta que las botellas se paletizan y pasan al almacén para que los aguadores las repartan.

Es un proceso largo y es necesario que todo funciona a la perfección. Por eso, además del control humano, tenemos varias máquinas que inspeccionan que no haya ningún fallo durante todo el proceso.

Empecé a trabajar muy joven, en una dulcería cercana. Un día, mi hermano me avisó de que había una oportunidad en la Fuenteagria, Aguas de Teror, y no lo pensé dos veces. Desde aquel momento he trabajado aquí, esta ha sido mi segunda casa, tanto que ahora hasta mi hijo, Leandro, trabaja también en la fábrica.

Trabajar en la planta ha traído a mi vida muchas cosas buenas.

He podido desarrollarme como profesional, con formación, mejorando día a día hasta llegar a controlar el proceso productivo y poder decir que estoy satisfecho con mi trabajo.

El ambiente entre los compañeros siempre ha sido muy bueno, somos como una gran familia. Recuerdo que cuando éramos menos, nos organizábamos entre nosotros para salir las familias de acampada y asaderos.

Ahora la propia empresa organiza jornadas familiares y eventos en los que estoy orgulloso de haber participado y compartido con los míos. Incluso hemos viajado a otros destinos.

Además tengo la suerte de trabajar codo con codo con Leandro. Estoy muy orgulloso de que mi hijo trabaje también aquí y poder ayudarlo, con mi experiencia, a comprender mejor el funcionamiento de la planta.

Aguas de Teror es una parte muy importante de mi vida, y de las personas que quiero. Me alegra poder decir que he podido ver cómo ha evolucionado a lo largo de todos estos años esta empresa que llevo dentro del corazón.