Un fondo buitre echa a todos los inquilinos de un edificio dedicado en su totalidad al alquiler en Valencia. Según les vencen los contratos de alquiler reciben un burofax para que abandonen sus casas en el plazo de un mes. La antigua empresa propiestaria ha vendido el edificio íntegro a un fondo buitre. Los inquilinos han intentado negociar para quedarse aunque sea pagando más, sin ningún éxito. La mayoría de inquilinos llevan aquí buena parte de su vida. Cuando finalice el proceso, 67 vecinos habrán abandonado sus casas. Los nuevos propietarios aseguran que el edificio no se va a dedicar al alquiler turístico.