El Gobierno de Canarias se ha puesto en contacto con la Secretaría de Estado de Turismo y los cabildos de Gran Canaria, Tenerife, Lanzarote y Fuerteventura para analizar de manera colegiada el nuevo amago de cierre de las bases que Ryanair tiene en las Islas a partir del próximo 8 de enero. Así lo comunicó ayer el portavoz del Ejecutivo autonómico, Julio Pérez, quien incidió en que el problema contemplado es la posible destrucción de empleo, pero, en principio, no una merma en la conectividad.

La low cost irlandesa es "la primera línea aérea para Canarias", según recordó el también consejero de Administraciones Públicas, Presidencia y Justicia del Ejecutivo regional. Transporta 3,2 millones de pasajeros al año con el Archipiélago como destino o punto de partida. De ahí que el presidente Ángel Víctor Torres haya decidido abordar el asunto.

No es la primera vez que esta aerolínea provoca "sobresaltos", en palabras del portavoz, en las Islas. De hecho, ya había puesto sobre la mesa con anterioridad el abandono de sus bases canarias. Estos cambios de criterio de la compañía aérea que dirige Michael O'Leary llevaron ayer al Gobierno de Canarias a no dar por despejado el horizonte en ninguna de las direcciones en las que fija la mira.

Por eso, aunque hasta la fecha Ryanair no ha comunicado que esté entre sus intenciones reducir rutas o frecuencias en sus conexiones con Canarias, Julio Pérez abogó por "estar atentos". No obstante, la principal preocupación es la destrucción de un empleo que, en palabras del portavoz, "interesa mucho".

La capacidad de maniobra del Gobierno canario es limitada y así lo reconoció Pérez tras la tradicional reunión de los jueves del Gabinete que preside Torres. Intentará influir "en la medida de lo posible", ya que se trata de una empresa privada y, por tanto, libre de adoptar las decisiones que estime precisas para garantizar la buena marcha del negocio.

En el primer trimestre del año fiscal -de abril a juino- el beneficio de Ryanair (243 millones de euros) se redujo un 21% en comparación con el mismo periodo de 2018. A eso se ha sumado el retraso en la llegada de los 30 aviones 373 MAX que la aerolínea tiene encargados y con los que esperaba operar este mismo verano.

Las razones para esta nueva amenaza de espantada se acumulan. El miércoles los tripulantes de cabina respondieron al anuncio de cierre de las bases canarias -también la de Girona- con anuncios de paros para el mes de septiembre por entender que el comportamiento de la empresa es abusivo. La acusan entre otras cuestiones de introducir de manera unilateral cláusulas en las relaciones laborales al margen de lo pactado en el convenio.

Después de presentar las cuentas correspondientes al primer trimestre fiscal, el consejero delegado de la aerolínea irlandesa, Michael O'Leary, ya anunció a través de un video que habrá un primer recorte de plantilla el mes próximo y un segundo capítulo en el inicio del próximo año. ¿De qué tamaño? Según el primer ejecutivo de la compañía aérea de bajo coste, sobran 500 pilotos y 400 más entre tripulantes de cabina y personal de tierra.

Tampoco ayuda la espada de Damocles en que se ha convertido el brexit. El último día de octubre está previsto que Reino Unido abandonde de manera oficial la Unión Europea (UE). El premier británico, Boris Johnson, asegura estar dispuesto a comandar la desconexión por la vía más áspera, sin ningún acuerdo.

Ryanair opera en innumerables rutas con Gran Bretaña y la postura del actual inquilino de Downing Street no ayuda a sus intereses. En lo que va de curso, la compañía anda lejos del 8% de crecimiento que había previsto para Europa.

La low cost irlandesa irrumpió en Canarias en el último tramo de 2010 y rápidamente fue ganando cuota de mercado hasta constituirse en menos de dos años en la principal transportista de pasajeros por vía aérea del Archipiélago. Fue pionera en el cobro por servicios que hasta ese momento se habían prestado de manera gratuita como la facturación de equipaje. Las grandes aerolíneas, unas antes y otras después, tomaron el mismo camino para mantener la competitividad.