¿Qué supone para Emicela S.A. obtener el Premio InnoBankia a la Mejor Empresa Exportadora 2018?

Emicela, fundada por Don Emiliano Arencibia en el años 1963, ya nació con la vocación de empresa exportadora. Su fundador comercializaba en el Puerto de Las Palmas con el Cambullón, con las mercancías que traían los barcos rusos, holandeses, ingleses... que se cambiaban por café.

En la familia todos tenemos el ADN de la consolidación global. Este premio enorgullece a todo el equipo que compone la compañía y principalmente a las personas dentro de la estructura que viajan a todos los destinos en los que estamos presentes. Ya han pasado más de 25 años desde que comenzamos a exportar al Caribe y, después, un sinfín de países.

¿Cuál es la actividad de la empresa?

La compañía apostó en sus inicios por la fabricación de café y el envasado de azúcar y frutos secos, actividades que continúan en auge todavía. Sin embargo, quizás la decisión más importante tomada por el fundador fue la de, además de suministrar al sector hotelero su café, azúcar y frutos secos, introducir otra línea de productos en los tiempos en los que las cadenas hoteleras mallorquinas y catalanas desembarcaron en Canarias. Hoy Emicela es un gran almacén que da suministro integral al sector hotelero ,restauración, aéreo y marítimo y a la gran Distribución, con más de 4.500 referencias, que van desde las carnes, los pescados, los alimentos secos, las bebidas y los lácteos al menaje, la uniformidad laboral, los amenities, etc. En fin, proveemos al hotel más del 70% de sus necesidades.

¿Es compatible la expansión internacional de una marca con la importante raíz local o regional que mantiene el grupo en las Islas? Imagino que llegar a 40 países implica dedicación.

La verdad es que nuestra compañía ya estuvo realizando inversiones entre los años 80 y el 2000 en Brasil, Venezuela y otros países. Supimos entender que en Canarias el turismo iba a tener un desencadenante muy activo en los siguientes años, dado que el nivel de riqueza de los países del norte de Europa estaba creciendo con fuerza y esto conllevaba que más europeos fueran de vacaciones a lugares relativamente cercanos y con buen clima en invierno, lo que hizo que Emicela no sólo pudiera vender en muchos de estos países, sino que también surgía la oportunidad de comprar productos originarios de los lugares de dónde venían los turistas. En la actualidad, Emicela compra en más de 60 países, lo que conlleva una labor exigente. Difícil es localizar fábricas, más laborioso, homologarlas, buscar proveedores que se adapten a nuestras exigencias de suministro constante, que cumplan con las normativas que exige Europa, la RSC y las normativas medioambientales. En lo que se refiere a la dedicación, por supuesto que la familia ha mostrado una sobresaliente implicación en el proyecto. Además, hoy en día, la empresa cuenta con más de 150 personas trabajando fuera de España y se vislumbra un importante crecimiento exterior para los próximos años.

Evidentemente no podemos olvidarnos de dónde hemos nacido. La central y las delegaciones de Emicela en las Islas Canarias están siempre renovándose, destacando las recientes reformas llevadas a cabo en las delegaciones de Tenerife y La Palma y el proyecto para la construcción de las nuevas instalaciones en Fuerteventura, previsto para 2021. Además, en la central de Arinaga estamos realizando mejoras constantemente, en los últimos 12 años hemos invertido en ellas más de 20.000.000 de euros.

Llegar a más de 40 países supone una dedicación extra. En Emicela se realizan casi a diario envíos aéreos de unos países a otros como parte del compromiso de suministro con las cadenas hoteleras. Por descontado, cada día hay más de 300 contenedores navegando por alguno de los mares del mundo. En la actualidad Emicela compra sus productos en 5 continentes.

¿Desde cuándo se embarcó la empresa en exportar productos?

En los años 70, con motivo de la Marcha Verde, los barcos de la Marina española ya se avituallaban de nuestros productos en aquel entonces, café, frutos secos y aperitivos, para llevarlos a las tropas españolas destacadas en El Sahara. En los años 80, fuimos muy activos con la flota pesquera rusa, realizando importantes envíos de café y otros productos. En los 90, desarrollamos una importante actividad de suministro a las compañías aéreas, aprovechando que en Canarias se preparaba un gran número de comidas para otros destinos de Europa. Precisamente en 1990 comenzamos a exportar a República Dominicana, a las cadenas hoteleras que allí se establecían. Luego seguimos con México, Jamaica, Aruba, Costa Rica, etcétera. Fruto de este devenir, la empresa comenzó a estudiar la implantación en destinos turísticos donde estuvieran establecidas las cadenas hoteleras españolas. Fue a principios de los años 2000 cuando aceleramos la implantación en Cabo Verde, México, República Dominicana y Jamaica. Ya a partir de 2014 se han sumado los destinos de Asia, Mauricio, Sir Lanka y Maldivas

¿Qué han aprendido en más de 50 años de actividad?

La mejor lección en la vida es la humildad y ésta comienza en el trabajo diario. Viajar para vender es mucho más complicado que hacerlo para comprar, aunque ambas tareas sean difíciles.

En la actualidad ya no hay que hablar de los economatos de los hoteles, eso ya forma parte del pasado. Lo importante es la optimización de stocks para abaratar costes y consumir menos, que es en lo que debemos hacer más hincapié para poder generar menos residuos.

Nosotros llevamos ya más de 10 años trabajando en productos duraderos a fin de reducir los desechos en los hoteles. También tenemos en marcha varios proyectos para disminuir el uso de los alimentos enlatados y generar menos residuos de palets y plásticos, así como en la cerámica de los bufets.

En Emicela estamos innovando constantemente y en un proceso de ahorro de la actividad interna y externa y, por supuesto, trabajando con muchos proveedores en los cambios del presente y el futuro, en el uso de menos harina (ahora que la comida temática es un boom en todo el mundo), menos grasa, menos azúcares, menos sal, menos... No es fácil explicar esto en los países asiáticos... cero plásticos, menos tintas o menos peso en la cerámica. En 50 años hemos aprendido que hay que estar en la vanguardia de lo que se mueve en el sector y si no es así, no puedes ser proveedor de las grandes cadenas hoteleras a nivel mundial.

Oiga, es bárbaro pensar a donde ha llegado una marca canaria con la cual nos desayunamos literalmente cada mañana y no reparamos en ello. ¿Si lo ve desde fuera qué impresión le da el periplo empresarial de la familia fundadora?

Ya tenemos la suerte de que muchos turistas que vienen a los hoteles nos envíen cartas pidiéndonos tal o cual producto y eso nos ayuda a reafirmarnos cada vez más nuestra apuesta por la calidad. Siempre me gusta destacar que cuando llega la segunda generación de una compañía, como en nuestro caso, los 4 hermanos trabajamos en la misma, lo que nos da más oxígeno para poder dedicarnos a tareas específicas y esto permite que los avances sean más rápidos.