TUI Group, el mayor operador turístico del mundo, ha detectado retrasos en las reservas de clientes durante su tercer trimestre fiscal (de abril a junio) debido a la continua incertidumbre del brexit, la reducción de los precios y la "considerable" sobrecapacidad aérea hacia destinos españoles.

El grupo señaló ayer que su estrategia de diversificación está ofreciendo claros beneficios del cambio en la demanda del Mediterráneo occidental al este, que esperan que continúen en el cuarto trimestre. Así, mientras los hoteles RIU, compañía participada por el turoperador, han registrado "una demanda más baja en España", los establecimientos turcos han logrado "una mejora significativa" como resultado de este giro en la demanda.

La compañía alemana, que duplicó sus números rojos en lo va de ejercicio, asegura que a pesar de los desafíos actuales y la volatilidad en el negocio de operaciones turísticas, se encuentra "en muy buena forma" y "bien posicionado" para la consolidación de la industria vacacional.

TUI asegura que los operadores turísticos tradicionales le garantizan el acceso directo a los clientes de mercados europeos. Y es que sus unidades de hoteles y resorts se están beneficiando de "una cartera más diversificada", y los cruceros están registrando un importante crecimiento.

"Continuaremos fortaleciendo nuestra competitividad en esta área y armonizando nuestros negocio de operaciones turísticas, acelerando su transformación y aumentando así su eficiencia y rentabilidad", señaló el grupo, que espera una mejora de los mercados europeos durante los dos próximos años.

Para el verano de 2019, el 87% del programa está vendido en comparación con el 88% registrado en el mismo momento del pasado año. No obstante, las reservas han bajado un 1%, con un precio de venta un 1% por encima de media, según se refleja en su informe correspondiente al tercer trimestre.

TUI confía, sin embargo, en una mejora de los resultados este verano. Las reservas y los márgenes han mejorado durante las últimas semanas, pero los precios siguen por detrás del incremento de costes, por tanto anticipan que el beneficio será inferior al de 2018. A ello se suma el impacto por tener que dejar en tierra sus quince aviones 737 MAX, con un coste de 144 millones de euros, que ascenderán a 300 millones al cierre del ejercicio.

La compañía explicó que tras la transformación iniciada en 2013, el segmento de mercados y aerolíneas (operadores turísticos) representa el 30% de sus ganancias mientras que el restante 70% viene de parte de Holiday Experiences (hoteles, cruceros y experiencias en destino).

La compañía ha abierto un total de 23 hoteles propios y espera para abrir otros 26. Con ello espera alcanzar los 70 establecimientos, ligeramente por encima de su objetivo inicial, que era de unos 60 hoteles. Aproximadamente dos tercios serán operados a través de un contrato de administración o franquicia.

En el área de cruceros, el lanzamiento de tres nuevos barcos durante este año le ha permitido obtener unos resultados positivos impulsados por la fuerte demanda de itinerarios, el todo incluido, así como la oferta de productos de lujo. En los próximos meses, confían en ampliar la cartera de productos y los canales de distribución de terceros (como con Ctrip) de su plataforma digitalizada.