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La hostelería encabeza la morosidad

Tras la administración, la hostelería es el sector que registra los mayores retrasos en el pago de sus facturas, 18,9 días. El dato, contenido en el estudio de Informa D&B sobre morosidad empresarial y referido al conjunto del país, contribuye a explicar por qué Canarias -donde las actividades hosteleras tienen un peso muy elevado sobre la economía- presenta la demora media más alta de todas las comunidades autónomas.

Al calor de la alta intensidad de la actividad turística, bares, cafeterías y restaurante pueblan los rincones de la comunidad autónoma. Sin embargo, a la vista de las dificultades que encuentran para abonar las facturas, no en todo los casos estos negocios tienen asegurado el éxito.

También la hostelería figura entre los sectores en los que se ha producido un mayor incremento de la morosidad entre el último trimestre de 2017 y el mismo periodo de 2018. La subida que experimenta, de 2,5 días, solo es superada por la de las empresas que desarollan su actividad en el ámbito sanitario (3,5).

La industria es la otra cara de la moneda. Su retraso medio en el pago es de 10,9 días de media. Es decir, es inferior en ocho días al del sector hostelero. le sigue la actividad comercial, con 12,4 días, que se sitúa como la segunda actividad con menos incidencia de la morosidad.

Peor cuanto más grandes

Si se atiende a las dimensiones de las empresas, también se detectan diferencias. Podría pensarse que las más grandes tienen mayores posibilidades de estar saneadas y contar con departamentos de compras que se ocupen de tener contentos a todas los negocios y particulares que integran su cartera de proveedores.

Así, las pequeñas empresas y las micropymes españolas pagan con mayor puntualidad que las medianas y grandes: el 53% y el 46% de las primeras frente al 27% y 13% de las segundas. Ahora bien, hecha la diferenciación, lo cierto es que el retraso medio se ha elevado en todas las empresas, independientemente de su tamaño.

Las pequeñas pagaban en el último trimestre del año 2018 con una media de 11,1 días de retraso, las medianas lo hacían con 12,9, las microempresas se demoraban 14,7 días y las grandes eran las que más aplazaban el abono de sus facturas, un total de 15,3 días.

El estudio de Informa D&B aprecia además la existencia de una brecha entre el norte y el sur del país en lo que a morosidad empresarial se refiere. Se dejan sentir las mayores dificultades económicas. Las comunidades más meridionales -además de Madrid- pagan con un retraso superior a la media nacional (13,3 días), mientras que las más septentrionales lo hacen en la mayoría por debajo de esa cifra.

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