Reino Unido camina desbocado hacia un brexit duro. El cierre de la Cámara de los Comunes urdido la pasada semana por el primer ministro británico, Boris Johnson, deja poco espacio para la duda. Gran Bretaña abandonará el proyecto común europeo el 31 de octubre, de forma abrupta y sin concesiones al diálogo. Esa vuelta al pasado dejará no pocas víctimas y los exportadores hortofrutícolas de las Islas no quieren contarse entre ellas.

Las consejeras regionales de Agricultura, Alicia Vanoostende, y Economía, Carolina Darias, se reunieron ayer con los productores para fijar la mira y disparar de inmediato el plan B. “Que no se pierdan las ayudas o puedan reconvertirse en otras”, resumió la primera de ellas.

En el momento en que se consume la desconexión de la Unión Europea (UE), sobre todo si la razón no hace una inesperada visita durante las próximas ocho semanas a Downing Street, Reino Unido pasará a tener la consideración de país tercero para Bruselas, con lo que buena parte de las subvenciones que reciben los productores de tomate para poder competir con los peninsulares, africanos -marroquíes, tunecinos y egipcios- y turcos se tambalearán.

Las ayudas que llegan a la exportación hortofrutícola se dividen entre las provenientes de Europa ­-Posei (Programa Comunitario de Apoyo a las Producciones Agrarias de Canarias)- y las que llegan del Ministerio de Fomento para cubrir el coste de colocar la mercancía en el continente.

Las que envía Bruselas se dividen entre la que tiene por objeto la mejora de la producción -conocida como ayuda a la hectárea- y la destinada a impulsar la comercialización. De ellas, la última es la que está más en entredicho. Sin embargo, el plan b ya tiene previsto un atajo para que, como expuso el presidente de la Federación Provincial de Asociaciones de Exportadores de Productos Hortofrutícolas de Las Palmas (Fedex), José Juan Bonny, “se mantenga la actual ficha financiera”.

¿Cómo conseguirlo? En la reunión de ayer, se optó por hacer valer el carácter de región ultraperiférica (RUP) que tienen las Islas. Ese es el punto de inicio para presionar en Madrid y Bruselas de cara a obtener un trato preferente tras el brexit. Esa estrategia hace “más factible establecer una excepcionalidad”, apuntó Vanoostende.

Ese trato preferente debe materializarse en conseguir autorización para trasvasar las ayudas a la comercialización que en la actualidad se utilizan para el mercado británico a la bolsa de las ayudas a la producción, hoy establecidas en 15.000 euros por hectárea. El fomento de las relaciones comerciales con Gran Bretaña no tendrá sentido desde la UE, pero sí la innovación y la mejora de los cultivos en una RUP como es el Archipiélago.

Más complicado está hacer lo mismo con las compensaciones para el sobrecoste que supone transportar la mercancía hasta el continente. Estas se reciben directamente desde el Ministerio de Fomento, son ayudas de Estado que han de contar con la preceptiva autorización de la UE.

“Tenemos que trabajar con los ministerios de Agricultura y Fomento, y con Europa”, admitió la consejera de Agricultura para dejar claro que no es un asunto que el Gobierno regional pueda solucionar por sí mismo. Por ello, se afana en la elaboración de una agenda que propicie los primeros contactos la próxima semana o la siguiente, como muy tarde.

“Hablamos de 3,3 millones de euros del Posei y 3,2 millones para el transporte de mercancías”, detalló Carolina Darias. No toda esa cuantía estaría afectada por el brexit, sino solo la correspondiente a la comercialización y las ventas concretadas en Reino Unido. El 40,9% de la producción de la última temporada, finalizada en abril, acabó en despensas británicas. En números absolutos fueron 21.007 toneladas del total de 51.362,5 alumbradas en el campo canario.

Contra la consecución de los objetivos juega el desconocimiento de lo que ocurrirá exactamente a partir del 31 de octubre. A ello se suman la situación de interinidad del Ejecutivo español y la ausencia de relevo en las instituciones comunitarias. La consejera de Economía deseó que ambas maquinarias ganen en solidez para “afrontar el desafío” del brexit.

La propia Darias recordó que el Gobierno central cuenta con un plan de contingencia para absorber el impacto de un brexit durobrexit. El trabajo a realizar desde las Islas es colocar a Canarias tras esa barricada “para mantener el estatus actual” de ayudas.

Lo que el sector no desea es tener que afrontar el plan c. Para no perder las ayudas al transporte, podría enviar toda la producción a un país comunitario -Holanda, por ejemplo- y desde ahí operar el trasbordo hacia Reino Unido. “El problema es que el coste de ese último traslado es muy caro”, explicó Bonny. Es decir, en la práctica sería una medida que tan solo serviría para minimizar daños, algo que no se puede permitir un sector que retrocede desde el inicio del siglo.