La libra esterlina vale cada vez menos. La moneda británica se ha devaluado progresivamente desde que en junio de 2016 se celebrara el referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea. Pero la caída fue ayer extraordinaria. La divisa cotizó a comienzos de la jornada por el precio más bajo desde octubre de 2016, desde hace prácticamente tres años. La libra se pagó ayer a 1,1965 dólares, un 6% menos que al cierre de 2018. Una sacudida que amenaza a las empresas españolas que exportan al Reino Unido, y entre ellas a las 46 firmas canarias que tienen en Gran Bretaña e Irlanda del Norte buena parte de su negocio. Un grupo de empresas que facturan por ello alrededor de 60 millones de euros anualeso. Y no acaban aquí las repercusiones negativas de la devaluación de la libra. El turismo se ralentiza y una mayor pérdida de poder adquisitivo de ingleses, escoceses y norirlandeses, con menos dinero para las vacaciones, agravaría el frenazo que sufre el sector. Es más, hay actividades, como la exportación de tomates, que dependen directamente de la salud de la economía británica, donde se concentra casi toda su actividad. Los tomateros acaban de firmar los nuevos contratos de ventas, algunos incluso referenciados en libras, que son los más perjudicados por la devaluación de la moneda, ya que si esta pierde valor, también pierden valor esos contratos.

Todas las empresas canarias con intereses en Londres, Edimburgo y Belfast se han visto perjudicadas por la depreciación de la libra, y sufrirán más las consecuencias cuanto más dure el proceso de devaluación de la divisa. Las más directamente afectadas son las firmas que llevan mercancías al Reino Unido, tanto si venden en libras como si lo hacen en euros. ¿Por qué? Porque la empresa canaria que factura en libras obtiene menos beneficios, ya que la moneda inglesa vale menos, con lo que al cambiarla por euros recibe una suma menor. Y si factura en euros tampoco se libra de las consecuencias, porque el cliente británico presionará para renegociar los precios asfixiado por una divisa con la que cada vez puede comprar menos. Es esta la razón de que los exportadores fueran ayer los primeros en echarse las manos a la cabeza al comprobar hasta qué punto los tejemanejes del nuevo premier inglés, Boris Johnson, para poner en marca el brexit han acelerado la devaluación de la moneda.

En el caso de la Comunidad Autónoma son 619 las entidades que han vendido productos en el Reino Unido en lo que va de año, si bien en la gran mayoría de los casos se trata de pequeños envíos puntuales sin mayor repercusión en la facturación del tejido productivo regional. Sin embargo, están esos 46 negocios que cada año facturan en Inglaterra, Escocia e Irlanda del Norte más de 50.000 euros, esto es, los grandes exportadores. En 2018 cada una de estas firmas vendió en el Reino Unido por una media de algo más de 1,3 millones. Para hacerse una idea de su magnitud basta con apuntar que acaparan casi el 97% de los intercambios comerciales entre Canarias y el Reino Unido. Venden envases y embalajes metálicos, productos de perfumería y cosmética, equipamiento para navegación aérea y, muy especialmente, pepinos y tomates.

Justamente entre los tomateros la preocupación es máxima. En julio se firmaron los últimos contratos de campaña, con lo que su valor sufrió ayer un fuerte varapalo. El portavoz de las cooperativas Fedex y Aceto, Gustavo Rodríguez, confía en que cambie la tendencia bajista de la libra, si bien reconoce que la progresiva depreciación de la moneda "ya la venimos notando".

En el turismo la perspectiva es la misma. El número de visitantes británicos apenas creció entre enero y julio (un exiguo 0,8%), y si el frenazo se convierte en reducción, la primera industria canaria tendrá un grave problema, ya que los turistas alemanes (el otro gran país emisor de turistas) se han reducido un 11% ante las perspectivas de recesión. "La situación es muy preocupante", coinciden Jorge Marichal, presidente de la patronal tinerfeña Ashotel, y Tom Smulders, vicepresidente de la grancanaria FEHT. "Johnson está jugando al póquer con la Unión Europea y con su propio ego, y una caída de su potestad política puede recuperar a la libra", deseó.

Las ventas de casas a británicos también se han reducido, confirman desde la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios (APEI), por el temor a un brexit duro y la devaluación de la divisa.