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Los ricos con coches de lujo y obras de arte llegan al máximo de la década

Los isleños que declaran bienes suntuarios ascienden a 1.386 | Las grandes fortunas se desploman tras la crisis, pero las que sobreviven acumulan más patrimonio

Yate de superlujo con base en el sur de Gran Canaria. santi blanco

Vehículos, joyas, pieles, obras de arte, antigüedades... Las grandes fortunas ya no son tantas como antes de que la crisis económica hiciera estragos, pero persiste su tendencia a invertir en bienes de lujo. De hecho, y pese a que los datos son muy inferiores a los que se registraban en 2007 -en los momentos previos al estallido de la gran recesión-, la cifra de canarios que declaran propiedades suntuarias ha alcanzado su mayor nivel de la década. Son 1.386 declarantes que acumulan un valor total de 35,7 millones de euros, lo que supone un importe medio de 25.780 euros, según la última estadística del impuesto sobre el patrimonio, publicada hace unos días por la Agencia Tributaria Estatal y referida al ejercicio 2017.

La inmensa mayoría de los declarantes -casi 1.380- corresponde al epígrafe en que el fisco incluye los vehículos de lujo, las joyas y las pieles -y también las embarcaciones y las aeronaves- mientras que una pequeña parte -18- son contribuyentes que hicieron constar ante Hacienda la propiedad de objetos artísticos y antigüedades.

El impuesto sobre el patrimonio grava las fortunas superiores a los 700.000 euros. Es así con carácter general, puesto que existen diferencias entre unas comunidades autónomas y otras. Las administraciones autonómicas gestionan el tributo por cesión del Estado y establecen sus propias regulaciones. De hecho, Madrid aplica una bonificación del 100%. El impuesto fue suprimido por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero en 2007, para luego recuperarlo en 2011.

La comparación entre el primero de esos ejercicios y el de 2017 permite apreciar cómo el volumen de declarantes se ha recortado de forma drástica, pero también cómo la riqueza de cada uno de ellos se ha multiplicado. No obstante, una parte de la variación puede deberse a los cambios introducidos en el tributo, dado que la base imponible se ha elevado para evitar que las familias de clase media se vean obligadas a pagarlo.

Los 6.176 contribuyentes que presentaron su declaración en Canarias el último año recogido suponen poco más de una quinta parte de los que lo hicieron entonces (30.188), una caída de casi el 80%. El importe declarado ha descendido, pero ni mucho menos en la misma proporción: ha pasado de 24.166 millones de euros a 20.660, apenas un 14% menos. Eso explica que el valor medio declarado se haya multiplicado por más de cuatro, desde los 798.000 euros que se registraban en 2007 a los 3,3 millones contabilizados diez años después.

Eso por lo que respecta al patrimonio total recogido en la estadística correspondiente a las Islas, que se desglosa en diferentes tipos de bienes o capitales. En cuanto a los artículos suntuarios, su peso sobre el total es muy minoritario -menos del 0,2%-, pero durante estos años su evolución se ha asemejado mucho a la que ha experimentado la declaración global del impuesto. De esta manera, en 2007 eran 6.011 quienes declaraban la posesión de vehículos de lujo, joyas, pieles, obras de arte o antigüedades.

Un decenio después, la cifra había bajado hasta los citados 1.386. Esta disminución, del 77%, es también bastante superior a la que se ha producido en el importe global, que ha pasado de 76,9 millones de euros a 35,7 millones, lo que arroja un retroceso del 53%. El resultado es que la cuantía media declarada se situaba en el año previo a la crisis en 12.800 euros por declarante y ahora ha engrosado hasta los 25.700.

Hay una sensible diferencia entre el importe medio de las declaraciones de coches y joyas y el de objetos artísticos y antigüedades. En el primer caso, los casi 1.380 contribuyentes hacen constar un valor total de 33,8 millones de euros, mientras que en el segundo son 18 que declaran 1,9 millones. De esta forma, el promedio declarado por quienes tienen vehículos de lujo y joyas asciende a cerca de 103.000 euros, menos de la mitad que el de los propietarios de obras de arte, que es de 243.000 euros.

Tras el desplome que ocasionaron la crisis y las modificaciones introducidas en el tributo para ampliar las bases imponibles, las cifras de declarantes y las cuantías declaradas en el impuesto sobre el patrimonio han protagonizado una lenta pero indiscutible escalada, tanto en el conjunto del país como en Canarias, si bien siempre lejos de los datos de 2007.

En el caso del Archipiélago, el número de declarantes ha subido un 5,2% -307 más- y el importe total se ha incrementado un 20% -3,436 millones de euros más-. Respecto a los bienes de lujo, el aumento ha sido del 5,7% en las declaraciones -75 más- y del 20,5% en el valor declarado -alrededor de 6 millones de euros más-. Cataluña es, con una notable diferencia, la comunidad autónoma en la que más ciudadanos declaran bienes suntuarios. En concreto, lo hacen 5.809 personas. En el extremo contrario se encuentra Extremadura, con apenas 167 declarantes.

En el conjunto del país, los contribuyentes que declaran patrimonios superiores a los 30 millones se han multiplicado por más de dos en la última década, al pasar de 233 en 2007 a 611 en 2017. En este caso no hay efecto estadístico que lo oculte: las fortunas de gran magnitud se han disparado en el país al calor de la recuperación económica que siguió a la gran recesión y también del aumento de la desigualdad.

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