La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La fuga de cerebros se agrava en las Islas

Canarias pierde cada mes 183 titulados superiores por la competencia de las otras comunidades l El último año se fueron 12.400 trabajadores más de los que llegaron

Estudiantes preparando exámenes en la Biblioteca Insular de Gran Canaria. quique curbelo

El mercado laboral de la Comunidad Autónoma pierde cada mes una media de 183 titulados superiores. En el último año se marcharon con un contrato de trabajo bajo el brazo en otras regiones del país cerca de 6.000 graduados, diplomados, licenciados e incluso doctores. Y aunque también vienen a trabajar a las Islas universitarios, másteres e investigadores de otros puntos de España, lo cierto es que son bastantes menos, exactamente 3.737. Canarias experimenta así una progresiva fuga de talento que en 2018 dejó un saldo negativo de 2.192 titulados superiores, que es la diferencia entre esos poco más de 3.700 que vinieron y los 5.929 que se fueron a empresas o instituciones de otras autonomías. Así lo pone de manifiesto el informe sobre Contratación y movilidad geográfica de los trabajadores de España, cuya última edición acaba de publicar el Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE).

Los datos del antiguo INEM son especialmente reveladores porque no solamente muestran los cambios en la población activa, sino también los contratos firmados por los trabajadores que vienen y van, lo que permite ver el carácter emisor o receptor de mano de obra de cada una de las comunidades y provincias. Y Canarias es eminentemente emisora, es decir, son más quienes se marchan que quienes llegan. Una tendencia que se mantiene invariable con el paso de los años pero que se acrecentó sensiblemente en 2018.

Las empresas y la Administración pública del Archipiélago contrataron el año pasado a un total de 31.815 empleados con domicilios en otros territorios del país. Se trata de una cifra similar a las de los dos años anteriores pero superior, e incluso muy superior, a las del comienzo de la década, cuando los trabajadores de otras regiones contratados por los negocios e instituciones de las Islas apenas eran unos 17.000 de media anual. Se ha producido, por tanto, un notable incremento en el que subyace la mejora de la economía canaria, lo que ha permitido recuperar la salud del tejido empresarial y su capacidad para incorporar nuevos asalariados. De modo que, por un lado, las empresas contratan más, y consecuentemente también a más personas de otras autonomías; y, por otro, cada vez son más los potenciales trabajadores de las otras 16 comunidades españolas que ven en el Archipiélago un posible destino laboral. Todo ello es producto, en definitiva, del ciclo expansivo que atravesó la economía antes del enfriamiento de los últimos trimestres. El problema de Canarias con la movilidad laboral interautonómica no está así en las entradas, sino en las salidas. Y especialmente en la calidad de las salidas. En otras palabras: no solo se ha disparado el número de trabajadores que ponen rumbo a otros puntos del país, sino que, además, se consolida el déficit en el grupo de los titulados superiores.

La tasa de movilidad laboral entre el colectivo de mayor cualificación es la más alta de todos los estratos formativos. Un 6,9% de los contratos que suscriben los graduados, licenciados, másteres y doctores implica irse del Archipiélago para trabajar en otras autonomías o viceversa, esto es, venir a trabajar al Archipiélago desde otras autonomías. Son así siete de cada cien contratos los que conllevan cambio de residencia, un alto porcentaje que contrasta con las tasas inferiores al 4% entre los profesionales sin estudios o con estudios básicos, entre aquellos que únicamente completaron la educación secundaria o entre aquellos otros con diplomas de formación profesional. No obstante, hay que puntualizar que el problema no está tanto en la tasa de movilidad en sí misma como en el hecho de que la mayor parte de los contratos son de salida. Y sobre todo porque ese déficit de 2.192 titulados superiores en 2018 no es puntual. En 2017 se perdieron 1.672 y en 2016, otros 1.257. En tres años se han ido 5.121 graduados y posgraduados más de los que han venido, síntoma de las dificultades del mercado laboral de las Islas para encontrar acomodo a los trabajadores con títulos superiores.

Solamente hay cinco comunidades que reciben más profesionales con títulos superiores de los que se marchan. Son Madrid, Cataluña, Valencia, Navarra y Baleares, esta última la que más sorprende de la lista, ya que pese a contar con una economía volcada en los servicios, como la de Canarias, es capaz no solo de retener, sino incluso de importar talento. Es justamente la escasa diversificación de la economía isleña, que sigue anclada al monocultivo turismo-construcción, la que explica por qué el Archipiélago no es capaz de retener a sus cerebros. Un ingeniero tiene más difícil abrirse hueco en la turística Canarias que en la industrial Euskadi.

En total, a lo largo del año pasado abandonaron las Islas 44.224 trabajadores „récord histórico„ y llegaron esos 31.815, con lo que el saldo negativo es de 12.409, el peor dato de siempre.

Compartir el artículo

stats