Canarias tiene un problema con la sobrecualificación laboral. O más bien, un problema de incapacidad para colocar a sus titulados superiores en puestos acordes con su formación y aptitudes. En estos momentos hay en las Islas 95.000 graduados, diplomados, licenciados, másteres y doctores que están ocupados en trabajos para los que no hacen falta estudios superiores. A finales del año pasado, que es hasta donde abarca el Informe CYD 2018 „un análisis de la Fundación Conocimiento y Desarrollo sobre la contribución de las universidades a la mejora socioeconómica del país„, eran algunos miles más, exactamente 103.700. En cualquier caso suponen alrededor de un 30% de los ocupados con títulos de grado y posgrado, según se desprende de la última Encuesta de población activa. Es decir, que tres de cada diez trabajadores canarios con formación superior se desempeñan en tareas que igualmente podrían haber desempeñado con estudios inferiores.

La situación en la Comunidad Autónoma es una fotocopia de lo que ocurre a nivel nacional, aunque con algo menos de intensidad. España es el país con el índice de sobrecualificación laboral más alto de toda la Unión Europea (UE). El año pasado, hasta un 37,6% del total de ocupados con titulaciones superiores se desempeñó en labores que no eran de alta cualificación, según los datos de Eurostat, la oficina estadística comunitaria. La media de la UE es de un 23,4%, casi 15 puntos inferior a la española, y en países como Bélgica, Alemania, Polonia, Suecia, Holanda o Dinamarca ni siquiera llega al 20%. En el caso de Canarias, el porcentaje de trabajadores sobrecualificados es más de siete puntos menor que el del país, pero también supera la media europea.

El informe de la fundación que preside Ana Patricia Botín, la también presidenta de Banco Santander, expone que el Archipiélago fue el año pasado, junto con la Comunidad Valenciana, la región que experimentó "la mayor disminución de la sobrecualificación". Hay que puntualizar, no obstante, que esta realidad esconde otra no tan positiva, ya que el problema de la sobrecualificación lo sufre, evidentemente, el titulado superior que al menos tiene una ocupación, y el problema fundamental en las Islas es que muchos graduados o posgraduados ni siquiera están trabajando.

El análisis de la Fundación CYD también se detiene en el punto anterior. No en vano, Canarias es la segunda Comunidad Autónoma con la mayor tasa de paro entre los titulados superiores, un 13,4%, un porcentaje que solo es aún peor en Extremadura (14,6%). El informe extrae estas cifras de la base de datos de Eurostat, que, además, solo tiene en cuenta para el cálculo de la tasa de paro a los graduados y posgraduados que participan activamente en el mercado de trabajo, esto es, que buscan de forma activa una ocupación.

Actualmente hay en Canarias 899.700 ocupados. De ese total, 334.800 cuentan con educación superior, y de estos últimos, 239.800 llevan a cabo tareas acordes con su formación. Los restantes 95.000 han de conformarse, al menos de momento, con tener un empleo.