El movimiento estatal de pensionistas y jubilados llegó a Madrid procedente de varios puntos del resto país para hacer patente el malestar por la degradación de las pensiones y exigir reformas que garanticen unas pagas acordes con el crecimiento del IPC, o la derogación de las reformas realizadas por el anterior Gobierno del PP, entre otras peticiones. Miles de pensionistas (unos 8.000 según la Policía Nacional) se manifestaron ayer en la capital, donde confluyeron distintas marchas que han recorrido a pie cientos de kilómetros durante las últimas semanas, y en las que se han integrado varias decenas procedentes de Canarias para denunciar a su vez que es en las Islas donde precisamente más bajas son las pagas precisamente por ser también donde más bajos son los sueldos.

Ataviados todos ellos con camisetas amarillas con la inscripción "Que no te roben la pensión. ¡¡Lucha!!", y enarbolando algunas banderas canarias, los manifestantes isleños se mostraron activos y participativos en la gran protesta de jubilados, y gritaban con buena voz y mejor pulmón las consignas de la marcha. "Si se puede", "Si esto no se arregla, guerra, guerra, guerra", "Viejo sí, tonto no", o "El Pacto de Toledo, para empresarios y banqueros", fueron algunas de las más repetidas. Sin aparente cansancio por el trajín del desplazamiento desde el Archipiélago y la participación en la manifestación por las calles del centro de la capital, combinaban con buen humor el tono reivindicativo con el festivo de un encuentro nacional del llamado movimiento yayoflauta que está liderando en este país la lucha por una pensiones dignas.

"Este movimiento está demostrando que tiene fuerza y vigor, que somos muchos y cada vez más, y que no vamos a parar hasta no lograr nuestro objetivo de unas pensiones dignas", afirma Elvira Olmo, una de las pensionistas canarias presentes en la manifestación. Ella, con 68 años, ha sido la única de los mayores canarios que se han trasladado a Madrid que ha llegado a la capital a pie, integrada en una de las marchas peninsulares, la que partió el día 25 de septiembre desde Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz, y que ha recorrido el trayecto en 25 días intensos y sumando gente en cada una de las paradas.

"Soy mujer, pensionista, abuela y madre y tenía muy claro desde el principio que quería participar en la marcha, integrándome en ella para hacerla a pie. Estaba muy motivada y ha sido una gran experiencia", afirma Elvira, quien recuerda que han sido etapas de unos 30 kilómetros diarios, hasta completar 750 kilómetros hasta Madrid, destino final alcanzado el pasado martes. "Lo peor ha sido el calor de los primeros días", señala tras recordar que tras viajar desde Santa Cruz de Tenerife hasta Cádiz, se integró en el grupo gaditano que inició la marcha hasta Madrid. Senderista federada y en buena forma física, Elvira no ha tenido problemas en cubrir el largo trayecto por Andalucía y los campos manchegos con paradas en pueblos o ciudades en los que solían descansar en pabellones deportivos. Madrileña afincada en Tenerife desde hace 40 años, ha trabajado en el sector editorial y sigue colaborando ocasionalmente en algún medio y compaginándolo con el activismo social.

El resto de los pensionistas canarios desplazados a Madrid habían volado el martes hasta la capital y tenían programada la vuelta a las Islas para hoy mismo. Se han costeados ellos mismos el billete de avión y la estancia en modestos hostales de la capital, y valoraban el significado de la concentración y la movilización de los colectivos de pensionistas que representan a una generación de españoles que han trabajado duramente toda su vida y cuyo sustento tras su vida laboral se ha precarizado y tras la últimas reformas del sistema.

El colectivo, bajo el paraguas de la Coordinadora Estatal en Defensa del Sistema Público de Pensiones, presentó en el Congreso un documento con sus reivindicaciones, entre ellas una pensión mínima de 1.080 euros, un salario mínimo de 1.200 euros, y la supresión de los beneficios fiscales para planes privados de pensiones y EPSV (Entidades de Previsión Social Voluntaria). Los manifestantes contaron con el apoyo y la presencia de varios candidatos de Unidas Podemos a las elecciones del 10 N, entre ellos los canarios Victoria Rosell y Alberto Rodríguez, cabezas de lista por Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife, respectivamente.

También candidato al Congreso por Las Palmas pretendía ser Alejandro Alonso, pero él liderando una lista integrada por jubilados (Partido Demócrata Social de Jubilados Europeos) y cuyo programa electoral está resumido en la propuesta que este colectivo presentó ayer en el Congreso. Sin embargo, la falta de paridad en la configuración de la plancha en las condiciones que marca la ley ha provocado su rechazo por parte de la junta electoral. Alejandro, con todo, destacaba ayer el significado de la jornada reivindicativa. Este gran canario de 67 años es un veterano de la lucha de los yayoflautas en este terreno, promotor de la plataforma creada en la capital granacaria, y habitual participante de convocatorias, marchas y manifestaciones del movimiento en otros territorios del Estado.

"Estamos cansados de que solo se acuerden de nosotros cuando llegan las elecciones; la única salida es unirnos los pensionistas e intentar tener representación en el Congreso", afirma Alejandro, que ha trabajado en el sector de la hostelería y en el servicio municipal de limpieza en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y dice tener una pensión de 810 euros. "La gente lo está pasando mal y en Canarias peor que en ningún sitio, por la gran cantidad de pensiones no contributivas que hay en nuestra tierra. Hay mucha gente con una pensión de 400 euros o menos, pasándolo muy mal", insiste.

Mari Villamir, de 67 años y jubilada del sector de la enseñanza, es una de las portavoces más locuaces y didácticas del grupo que se ha trasladado a Madrid. Y destaca entre sus mensajes que hay muchas personas en España "con una pensión de miseria" con la que obviamente no se alcanza a cubrir "un derecho de todos los trabajadores". Y señala también a las mujeres como las "grandes perdedoras" del actual sistema porque son penalizadas doblemente por el mismo, primero por recibir menor salario, y luego y en consecuencia, por disponer de menor paga de jubilación. "La brecha salarial se convierte en brecha en el derecho a la pensión", resalta.

Integrada en la Plataforma por la Defensa de las Pensiones Públicas de Tenerife, creada en 2013 y que desde hace meses se manifiesta todos los lunes frente al Parlamento de Canarias para recoger firmas por una pensión digna, Villamir resalta que una de sus reclamaciones es que el Gobierno de Canarias, en el ámbito de sus competencias, pueda complementar por su cuenta la paga del sistema hasta alcanzar el salario mínimo interprofesional, establecido en estos momentos en 1.050 euros, o 900 mensuales en 14 pagas.