Los pescadores canarios cuentan con seis meses de respiro. Madrid ha suspendido la orden que obligaba a partir del miércoles de la semana pasada a balizar, a menos de doce millas de la costa, las nasas y los tambores con boyas gigantes, pértigas de al menos un metro de altura sobre el nivel del mar, una o dos banderas rectangulares y una o dos luces de color amarillo que proyecten cada cinco segundos un destello visible a, al menos, dos millas náuticas.

El Gobierno canario y el Ministerio de Pesca han llegado a un acuerdo para que durante los próximos seis meses no se aplique la nueva normativa, de tal forma que los pescadores isleños podrán faenar como hasta ahora. Antes de que finalice esa prórroga de seis meses, el Ejecutivo regional tendrá que realizar un estudio para buscar la fórmula más idónea de identificar las artes menores y de trampa.

El director general de Pesca del Ejecutivo regional, Carmelo Dorta, expone que se baraja como alternativa colocar un dispositivo electrónico que permita su identificación sin que se interfieran en las maniobras de pesca. La orden, ahora paralizada, no solo suponía un desembolso económico importante -100 euros para la señalización de cada aparejo-, sino que también afectaba a la operativa de pesca. Los buques, muchos de pequeño porte, quedarían apenas sin espacio al cargar los elementos de balizamiento y las nasas y los tambores corrían el peligro de quedar a la deriva con fuertes corrientes.