Una docena de grandes multinacionales esperan a que el Ministerio de Hacienda emita una nota aclaratoria sobre el comercio triangular o entre continentes para instalarse en Canarias. La intención de estas empresas, todas ellas importantes firmas dedicadas al transporte y la distribución intercontinental de mercancías, es integrarse en la Zona Especial Canaria (ZEC), esto es, el área de baja tributación de la Comunidad Autónoma. Una vez incorporadas a la ZEC, que es una de las herramientas que incluye el Régimen Económico y Fiscal (REF) para captar nuevos negocios y promover el desarrollo del Archipiélago, estas entidades tributarían por el Impuesto sobre Sociedades al tipo reducido del 4%, cuando el general es del 25%, lo que supone un considerable ahorro fiscal. El problema es que existen discrepancias entre las Haciendas estatal y autonómica sobre si la actividad que llevan a cabo estas multinacionales puede o no beneficiarse de las ventajas que ofrece la ZEC. Una diferencia de criterio que ha surgido a raíz del expediente abierto a una empresa de este tipo que ya opera bajo el paraguas de la zona de baja tributación. De hecho, hasta ahora no se habían dado divergencias entre administraciones, hasta el punto de que alrededor de un centenar de sociedades que se dedican al comercio triangular están inscritas en la ZEC.

Así pues, de lo que resuelvan los técnicos de la Dirección General de Tributos, organismo que figura en el organigrama del Ministerio de Hacienda, dependen tanto el desembarco de esas doce multinacionales como la permanencia en las Islas de ese centenar de empresas que ya son entidades ZEC. ¿Dónde está la discrepancia? En la titularidad de las mercancías, es decir, en la firma propietaria de los productos que se envían y distribuyen.

No hay problema alguno si la empresa es una mayorista de toda la vida, esa que compra mercancías en un sitio y las vende en otro. Trae los productos a Canarias desde África, por ejemplo, y luego los lleva a Sudamérica. Tampoco hay dudas si la entidad ZEC presta servicios de intermediación a otras sociedades. En este caso, la firma se dedica específicamente a planificar, tramitar y gestionar el transporte de las mercancías entre la aduana de salida en el país de origen, la de llegada en el país de destino, y las intermedias, si las hubiera, de manera que la operación sea lo más segura y rentable posible. Es lo que se conoce como una empresa transitaria, y tampoco aquí hay diferencia de criterio alguna, ya que puede operar desde Canarias bajo la normativa de la ZEC sin ninguna cortapisa y con independencia de que los productos pasen o no por las Islas. La disparidad de opiniones entre los Gobiernos central y regional se produce en los casos en que la sociedad que se ocupa del movimiento y distribución de las mercancías es, además, propietaria de las mismas. En la Dirección General de Tributos no ven claro que una empresa se beneficie de las ventajas de la ZEC cuando su actividad en Canarias se circunscribe a la gestión a distancia del transporte y distribución de productos de su propiedad que no pasarán por el Archipiélago. En definitiva, no hay dudas cuando la empresa es una intermediaria „no es propietaria de los bienes„ pero sí cuando es titular de unas mercancías que mueve y distribuye desde las Islas pero no vende en las Islas. Ahí la normativa "no es del todo clara", tal como explicaron ayer desde el Gobierno de Canarias, donde defienden que no parece tener demasiado sentido que sea la titularidad de los bienes la que marque la diferencia entre poder ser o no entidad ZEC. No en vano, y más allá de la titularidad de los bienes, la gestión del transporte y la distribución se lleva efectivamente a cabo con medios y personal en la Comunidad Autónoma.

De Irlanda al Archipiélago

Del dictamen de los técnicos de la Hacienda estatal están pendientes tanto el centenar de firmas que hasta ahora no han tenido problemas para beneficiarse de los incentivos de la ZEC como esa docena de grandes distribuidoras que lo tienen todo listo para venirse a la región. En el caso de las primeras, la negativa del Ministerio supondría que esas operaciones en las que las mercancías no pasan por las Islas ya no podrían tributar al 4%, con lo que su permanencia en la Comunidad Autónoma quedaría en el aire. En cambio, las intermediarias sí podrían seguir tributando al tipo reducido aun cuando asumen menos riesgos que las entidades que compran bienes a un productor en Marruecos para venderlos a una tercera empresa en Estados Unidos, por ejemplo, una paradoja que también ha puesto sobre la mesa el Ejecutivo autonómico en las conversaciones con el Ministerio.

Entre esa docena de multinacionales que están a la espera de la nota aclaratoria figuran dos grandes distribuidoras españolas.

Se trata de dos firmas que salieron de España para instalarse en la República de Irlanda, que se ha convertido en una especie de paraíso fiscal institucionalizado para muchas multinacionales europeas. En la república se paga relativamente poco por el Impuesto sobre Sociedades „el tipo estándar es de un 12,5%, la mitad que en España, para los beneficios obtenidos a escala mundial„, pero en la ZEC se paga menos aún. Así, dos grandes distribuidoras españolas que en estos momentos no están dejando ni un solo euro en España volverían a tributar en el país si finalmente se instalan en el Archipiélago. Tributarían al 4%, sí, pero al menos dejarían algo en las arcas públicas y, además, contribuirían a la diversificación de la economía regional y al desarrollo de la Comunidad Autónoma, fines últimos del REF y, por tanto, de la Zona Especial Canaria.

Al margen de estas dos multinacionales expatriadas, hay también diez americanas, mayoritariamente mexicanas y brasileñas, que aguardan a que se pronuncie la Dirección General de Tributos para venirse o no al Archipiélago. Se trata en todos los casos de empresas que crearían un mínimo de 50 puestos de trabajo cada una, con lo que en total están en juego unos 600 empleos, una cifra nada desdeñable en una comunidad con la alta tasa de paro que todavía sufre Canarias. Además, la cuestión es estratégica para la aspiración de convertir las Islas en una plataforma tricontinental para el comercio entre América, África y Europa.