La firma noruega Ving ha comprado cuatro hoteles en Canarias que estaban dentro del paraguas de Thomas Cook. El grupo empresarial que controla el magnate Petter Stordalen garantiza así la supervivencia de los cuatro establecimientos, que había quedado en entredicho tras la quiebra del turoperador el pasado 22 de septiembre. Los cuatro complejos que ahora pasa a controlar Vinggruppen (dos en Gran Canaria, uno en Tenerife y uno más en Fuerteventura) son parte de los más de 40 que en toda España eran propiedad de la difunta multinacional o bien venían operando con contratos de gestión o bajo alguna de sus marcas. La operación, que la propia Ving anunció ayer, blinda más de medio millar de puestos de trabajo solo en el Archipiélago y concreta en hechos los planes de Stordalen para el mercado canario, donde la entidad noruega quiere ganar peso.

Stordalen, toda una celebridad en su país y propietario del vehículo de inversión Strawberry Group, fue quien lideró la compra de la división noruega de Thomas Cook tras la bancarrota de la matriz británica. La que fuera filial del ruinoso gigante de la turoperación mundial tiene como banderas a Airlines Scandinavia, las empresas de viajes suecas Ving y Globetrotter, la compañía danesa Spies y la finlandesa Tjäreborg. El multimillonario fue el promotor de una operación que rozó los 600 millones de euros y que supuso, junto con la supervivencia de la aerolínea alemana Condor Flugdienst (que también era subsidiaria de Thomas Cook), una tabla de salvación para el negocio turístico canario.

La continuidad de Airlines Scandinavia y del entramado empresarial de Vinggruppen garantiza a los hoteles y apartamentos del Archipiélago a cerca de medio millón de turistas nórdicos cada año. Pero la intención de Stordalen y de los fondos de inversión británicos Altor Fund V y TDR Capital, los otros dos vehículos financieros que junto con Strawberry Group reunieron los 600 millones para comprar la división escandinava de Thomas Cook, es ganar cada vez más peso en el sector turístico canario. Así lo adelantó el propio magnate hace solo días en una reciente visita a Gran Canaria. "Yo he llegado para quedarme", aseguró Stordalen, que adelantó que quiere ir de la mano de los hoteleros de las Islas en su proceso de expansión por el mercado regional.

Dos semanas después de la visita del hombre fuerte de Vinggruppen, el grupo empresarial noruego dio el primer paso para materializar su apuesta por la Comunidad Autónoma. Ocean Beach Club Gran Canaria, Sunprime Atlantic View (ambos ubicados en Gran Canaria), Sunwing Fañabé Beach (en Tenerife) y Buganvilla Hotel & Spa (Fuerteventura) son los cuatro hoteles con que Ving y Stordalen empiezan a hacerse fuertes en el negocio turístico del Archipiélago. En total son cerca de 900 habitaciones las que reúnen los cuatro establecimientos que la entidad noruega ha adquirido en las Islas, exactamente 881. "Estamos contentos de haber asegurado algunos de nuestros hoteles más populares para el futuro; y mediante la adquisición, también hemos creado oportunidades para crecer con nuevos hoteles en la región del Mediterráneo y en las islas Canarias", explicó el consejero delegado del Grupo Ving, Magnus Wikner, en el comunicado con que la compañía anunció la operación.

En concreto, los cuatro hoteles situados en el Archipiélago forman parte de un lote de 12 establecimientos de los que los restantes ocho están ubicados en las Islas Baleares, que es, con Canarias, la Comunidad Autónoma en que están la gran mayoría de los 40 hoteles cuya continuidad quedó en el aire con la quiebra de Thomas Cook. Esta docena de complejos estaban bajo el control inmediato de Airtours Resort Ownership España (AROE), que era la cabecera de las firmas de Thomas Cook en España. En total, la operación supone el cambio de propiedad de 2.194 habitaciones y el blindaje de 1.700 puestos de trabajo en todo el país. En Baleares, la cartera incluye los hoteles Sunprime Waterfront, Sunwing Alcudia Beach, Cala Viñas, Cala'n Bosch, Los Delfines, Panoramic Alcudia, Cala Blanca Sunhotel y Cook's Club Palma Beach.

Las reservas hoteleras se habían asegurado para los clientes nórdicos de cara al verano de 2020 tras la quiebra de Thomas Cook, aunque esta compra significa que los hoteles ahora permanecerán dentro del Grupo Ving a largo plazo, una garantía de estabilidad para la actividad y el empleo. De hecho, Vinggruppen reaccionó de inmediato a la quiebra de la matriz británica y enseguida comunicó que su negocio era viable y que se haría lo posible para continuar la actividad.