La Federación de los importadores y distribuidores de automóviles de Canarias, (Fredica) calcula que la obsolescencia del parque móvil canario genera la emisión de 17 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) cada año. Por ello urgió ayer a desarrollar un plan de renovación que permita tener vehículos de menor antigüedad recorriendo las calles y carreteras del Archipiélago.

De los 1.150.000 turismos que circulan en la actualidad por las Islas, 730.000 tienen más de diez años de antigüedad, el 63% del total, según detalló la patronal del sector en un comunicado.

Desde la federación consideran que, simplemente renovando el parque con vehículos que estuvieran en la media europea de emisión actual -121 gramos de emisión por kilómetro recorrido-, se podrían reducir las emisiones de CO2 en 6,3 millones de toneladas cada año.

En el caso aún mejor de renovar el parque con los vehículos de baja emisión disponibles en la actualidad la reducción sobrepasaría los 10 millones de toneladas por cada año.

Fredica considera que Canarias, aunque ha sido catalogada por la ONU como lugar de excelencia contra el cambio climático y que conforme a todos los parámetros no presenta niveles de contaminación graves, primero por sus ciudadanos, pero igualmente por ser un territorio que vive del turismo, requiere políticas para un desarrollo medioambiental sostenible.