Con una media de uso de una llamada cada tres días, las cabinas telefónicas se mantendrán en España como un servicio universal obligatorio como mínimo hasta el 31 de diciembre de 2021, a la espera de que el Parlamento se ponga de acuerdo y logre aprobar antes una ley que permita su supresión.

Telefónica será de nuevo el operador encargado de mantener estos teléfonos, en virtud de una orden ministerial, que publicará en breve el BOE por un periodo de 2 años, aunque la intención "clarísima" es eliminarlas antes del servicio universal obligatorio, dijo el director general de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información, Roberto Sánchez.

Las cabinas, que comenzaron a instalarse en las calles españolas en 1928, "no se utilizan, estamos convencidos de ello", apuntó Sánchez, que reconoció que ya se intentó en 2018 suprimir la obligatoriedad de este servicio, pero no se pudo porque el Consejo de Estado dictaminó "a última hora" que debía hacerse por ley. "El año ha sido un poco difícil" y aprobar leyes "ha sido complicado", teniendo en cuenta la fragmentación del Parlamento, apuntó.

Año tras año se publica en el BOE un concurso para prestar este servicio, que en los últimos tiempos ha quedado desierto, ya que ningún operador quiere hacerse cargo de estos elementos que, según fuentes de Telefónica, registran una media de uso de sólo 0,37 llamadas al día debido a la expansión de la telefonía móvil. El coste de mantener las cabinas es de unos 4,5 millones de euros anuales, según los últimos datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que revisa las condiciones de la prestación del servicio y que se refieren al año 2016.

Para 2020 la situación no es distinta y ningún operador ha querido hacerse cargo de estos elementos, según ha publicado el BOE esta semana, por lo que será de nuevo Telefónica el que lo ofrezca. A día de hoy existen unas 15.450 cabinas en todo el país, de las que más de 1.300 estaban en Canarias.