Los aranceles que Estados Unidos aplica para dificultar la importación de algunos productos, entre ellos españoles, perjudican al negocio vitivinícola canario. Este ha tenido que reducir sus márgenes de beneficio en muchos casos para mantener su volumen de ventas en el país norteamericano. La Asociación de Viticultores y Bodegueros de Canarias (Avibo) reclamó ayer la implicación de las administraciones isleñas para afrontar las "desproporcionadas" barreras impuestas por Donald Trump.

Los productores de vinos asociados a la denominación de origen protegida (DOP) Islas Canarias han enviado una carta al Gobierno regional, el Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA) y los cabildos en la que muestran su preocupación. Les piden "aunar esfuerzos" para hacer llegar sus demandas a las instituciones europeas.

El gerente de la DOP Islas Canarias, Raúl Román, incidió no solo en el efecto de los aranceles en vigor -del 25%-, sino también en el de los que puedan venir. Recordó que entre la Unión Europea y EE UU se ha abierto un nuevo frente tras gravar Francia a los gigantes tecnológicos -Google, Apple...- y que Washington haya amenazado con aranceles del 100% a productos franceses.

Román advierte de que el problema afecta a "toda Europa", lo que obliga a "ir todos juntos". La Comisión Europea ha advertido a EE UU de que actuará "unida". Si no fructifica la negociación, la situación podría haber una nueva escalada arancelaria.

Los aranceles "acaban con quince años de actuaciones" dirigidas a "posicionar los vinos canarios en el mercado estadounidense", advirtió Avibo. La medida representa para el vino del Archipiélago "una clara desventaja competitiva" -recalcó Román-, puesto que no todos los productores europeos están afectados. Ciertos productos agrarios de España, Francia, Alemania y Reino Unido son los damnificados, mientras que "competidores directos" como Italia y Portugal están exentos.

Las exportaciones de vino de las Islas a Estados Unidos han experimentado un progresivo incremento a lo largo de este siglo. Partiendo de cifras prácticamente insignificantes, en 2009 el valor de los envíos superó por primera vez los 100.000 euros -117.000, en concreto- y ocho años después había alcanzado los 928.000. En los once primeros meses de 2019 -el dato de diciembre todavía no está disponible- ya había sobrepasado los 951.000 euros, según datos del ICEX (España Exportación e Inversiones, el antiguo Instituto de Comercio Exterior).

La cifra de negocio que supone esta actividad para la quincena de bodegas canarias que comercian con EE UU llega incluso a una cuarta parte del total, unas magnitudes que explican la preocupación manifestada por sus titulares y también que hayan optado por rebajar sus beneficios-y los de sus intermediarios en el país- para no perder un mercado que tan arduamente han conquistado.

No obstante, los bodegueros del Archipiélago han puntualizado que esta medida no es sostenible en el tiempo. Algunos de ellos han sugerido que las administraciones canarias arbitren algún tipo de ayuda que permita compensar los perjuicios que han sufrido, aunque por ahora su propuesta no ha tenido éxito.