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El raro trimestre laboral canario

Los tres últimos meses de 2019 lograron mejorar el dato de ocupados de antes de la crisis

Opositores sanitarios comprueban las listas con las aulas de exámenes. TONY HERNÁNDEZ

Con optimismo, rozando el triunfalismo en algunos sectores del Gobierno, se recibieron en Canarias los datos de la última Encuesta de Población Activa que, para variar, situaba a las Islas a la cabeza de las comunidades en creación de empleo: "Hemos alcanzado el récord histórico de 940.000 ocupados, lo que nos sitúa en una población ocupada superior al año previo al estallido de la crisis", se felicitaron los responsables del área de Economía y Empleo del Ejecutivo, incluido el propio presidente Ángel Víctor Torres. Y efectivamente ha sido así: en 2007, los hombres y mujeres que trabajaban en las Islas llegaron a ser 920.000, es decir 20.000 menos que en 2019.

Si en la comparativa se introducen sin embargo otros indicadores, habría que matizar el esperanzador dato del cuatro trimestre de la EPA, que permitió cerrar ese hito anual en ocupación. Porque la tasa de paro del 18,7% de 2019 es muy superior al 10% que se registró en 2007. En número globales, más de 217.000 canarios en edad de trabajar están sin empleo, mientras hace doce años eran 110.000. Es decir, a día de hoy hay cien mil parados más en las Islas que en aquel año.

Lo cierto es que tanto en Canarias como en el resto del Estado el último trimestre de 2019 "sorprendió" tanto a los agentes económicos y sociales como a los analistas. La razón es que el mercado laboral se comportó de un manera "no normal" en relación a las tendencias de años anteriores. Y ese raro trimestre laboral explica, en gran medida, el acumulado del año.

Conjugación de astros

En lo que no han coincidido los empresarios y los sindicatos es en señalar las razones que explican este distinto comportamiento del mercado de trabajo al cierre del pasado año. Los primeros han puesto el acento en el crecimiento del empleo público, cuestionando que pueda valorarse de forma positiva para el conjunto de la economía. Y los sindicatos, como era de esperar, se han centrado en denunciar la precariedad y temporalidad laboral y en poner en valor la cuestionada subida del SMI, frente a los agoreros que sostenían que destruiría empleo.

Un análisis segmentado de la evolución del mercado laboral sí permite llegar a alguna conclusión para entender el extraño comportamiento de las cifras de ocupación en las Islas en el cuarto trimestre de 2019. Y la explicación más plausible es que se produjo un inesperada conjugación de al menos cinco factores.

En primer lugar, la contención de la caída de turistas que se preveía tras la crisis de conectividad que provocaron sobre todo dos hechos: la quiebra de Thomas Cook y la retirada de Ryanair de sus bases en Gran Canaria, Tenerife y Lanzarote. La fortaleza del destino Islas Canarias, pese a la recuperación de sus competidores del norte de África, llevó a que la caída fuera solo de 400.000 visitantes extranjeros y se compensará con una subida del 14% de turistas nacionales, manteniéndose la cifra global en 15 millones. Y, por tanto, evitando la previsible caída del empleo turístico.

Todo ello coincidió, además, con la contratación de más de 750 profesionales sanitarios y docentes, tras la decisión del anterior Gobierno de poner fin a las denominadas "horas paulinas", ya que fue el expresidente Paulino Rivero quien implantó en 2012 la medida que amplió de 35 a 37,5 horas semanales la jornada de trabajo de estos colectivos. Como se recordará, el gobierno de Coalición Canaria tomó esta decisión antes de las elecciones y sin dotar presupuestariamente la contratación del personal sanitario y docente que se requería, tras volver a las 35 horas, para no desatender los servicios esenciales de la comunidad. El pacto de las flores fue por ello muy crítico con la medida que finalmente le ha beneficiado al contribuir a la creación de empleo.

A los dos factores anteriores hay que sumar la reactivación de la inversión pública en Canarias, tras años de ausencia por el incumplimiento por parte del Estado de los convenios suscritos para carreteras e infraestructuras educativas, hidráulicas y turísticas. El gobierno de Mariano Rajoy lo justificó por los recortes de la crisis y solo se recuperaron cuando los votos de los diputados nacionalistas canarios fueron necesarios para su reelección. Los resultados de los acuerdos de la denominada 'agenda canaria', ratificados tras cierto tira y afloja por Pedro Sánchez, han comenzado a verse ahora, también a finales del pasado año. Y a ello se ha sumado igualmente la reactivación del sector de la construcción vinculada a la rehabilitación de viviendas.

Esta conjugación de astros que se ha producido sobre el mercado laboral canario incluye otras dos circunstancias que han propiciado ese récord de ocupación: un menor aumento de la población activa en Canarias en el último trimestre, frente a los alto incremento de sucesivos trimestres cuando la numerosa incorporación de mano foránea a las Islas no permitió que descendiera el paro. Y, por último, cierta reactivación del consumo, impulsado quizá en parte precisamente por el cuestionado incremento del SMI. La incidencia de la mejora de los salarios sobre la capacidad de consumo de los trabajadores ha sido el principal argumento de quienes han defendido la subida del SMI frente a la presión del sector empresarial para que no se llevara a cabo.

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