La inestabilidad política, el brexit, rumores sobre la reforma laboral, la desaceleración económica o la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) son solo algunos de los factores que explican la destrucción de empleo en Canarias durante el pasado mes de enero. Una mezcla de ingredientes que mantiene a los empresarios en vilo y con el pie en el freno a la espera de un periodo con mejor perspectiva que permita un aumento en la contratación. Las cifras indican que las administraciones públicas isleñas generaron el pasado año 7.745 empleos, más del 60% del total de los nuevos afiliados a la Seguridad Social -12.893-, un dato que preocupa a las patronales, que esperan que 2020 no continúe por la línea por la que ha empezado.

"Esta situación es insostenible, hay que acabar con la incapacidad que sufre el sector privado de generar empleo", declaró ayer el presidente de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE), Agustín Manrique de Lara, en un encuentro de empresarios con el vicepresidente del Gobierno, Román Rodríguez. Según el presidente de la patronal de Las Palmas faltan condiciones como la "competitividad, la facilidad de inversión o la flexibilidad" para fomentar el empleo desde el sector empresarial, cuestiones que, según Manrique de Lara no solo dependen de la regulación pública, sino también del "exterior y las expectativas macroeconómicas del momento".

Rodríguez, sin embargo, resta alarmismo a las malas cifras y apunta que aunque la destrucción de empleo en el mes de enero esté por encima de lo "habitual" (una caía de 11.629, casi todo el creado en 2019) hay que "relativizar las cifras y ponerlas en relación a las tendencias". Y recuerda al respecto que Canarias ha sido una de las comunidades cuyo Producto Interior Bruto (PIB) ha crecido más durante el último trimestre.

Los empresarios se quejan de la ausencia de un marco fiscal y laboral estable que incentive la economía privada que hasta ahora tiraba del carro. "Solo recibimos la noticia de que el Gobienro central va a derogar la reforma laboral pero no se concreta nada. Es normal que los empresarios sean cautos", apunta el secretario de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) de Tenerife, Eduardo Bezares.

No todas las patronales analizan el aumento en el porcentaje de creación del empleo público de la misma manera. Algunas como Asinca o Cecapyme le restan importancia y atribuyen la cifra al desfase que existe en la sustitución de personal público por cuestiones de jubilación o bajas. Por lo que señalan que este repunte "es puntual" y la balanza de contratación volverá a decantarse hacia el sector privado.

La subida del SMI es otra de las cuestiones que más inquieta a los empresarios. Se trata de una medida que se aprobó el pasado martes tras abrirse la mesa de diálogo en la que participaron el Gobierno del Estado, sindicatos y patronal. Algunos empresarios incluso aseguran que el sector aceptó el incremento "bajo presión", y que finalmente se conformó con una subida de 50 euros -ahora el SMI es de 950 euros- que en principio se planteaba mayor.

"El diálogo debe hacerse desde la igualdad. La realidad es que en dos años el salario mínimo ha crecido un 30%", apunta Bezares, quien asegura que la medida no servirá para incentivar el consumo sino para "continuar con un drenaje de recursos del sector privado al público".

Los representantes de la pequeña y mediana empresa también se muestran críticos con la decisión. Aseguran que el contexto de desaceleración económica que vive el país les impide hacer frente a más costes de contratación. Una cuestión que inquieta al presidente de Cecapyme, José Juan Socas, quien asegura que el 90% del tejido empresarial canario está compuesto por pequeñas empresas y autónomos. "Los comercios de las islas menos pobladas, las zonas rurales y medianías", son los que más van a sufrir con la subida de SMI, según indica el secretario general de la Federación de Áreas Urbanas de Canarias, Abbas Moujir, quien destaca que aunque el año no ha empezado con optimismo, las medidas que lleve a cabo el Gobierno pueden paliar la caída en la contratación.

En sectores como la industria, que ganó 73 afiliados en todo el año, o la hostelería, que sumó 1.787 nuevos trabajadores, la subida salarial tendrá menos consecuencias ya que los salarios están por encima del mínimo. "Afectará indirectamente por los costes de las empresas de distribución, proveedores de alimentos", recuerda el presidente de la Asociación de Empresarios Hosteleros de las Palmas (FEHT), José María Mañaricúa.

Con todo, las patronales, hasta los más beligerantes con la subida del SMI, reconocen la importancia de haber recuperado el diálogo social y coinciden en advertir que este tipo de medidas deben aplicarse y regularse analizando el contexto económico y los efectos que provocan.