La desaceleración que experimenta la economía canaria no es pasajera. El frenazo del tejido productivo no solo continuará este año, sino que incluso será más perceptible. Y en este contexto es prácticamente imposible crear empleo. Es más, los esfuerzos deben centrarse en "al menos" evitar que se destruyan los actuales puestos de trabajo. Para ello, según el empresariado, hace falta que los gobiernos pongan en práctica las "políticas" adecuadas para superar la coyuntura sin que crezca la cola del paro.

Así lo explicó ayer el presidente de la Cámara de Comercio de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, Santiago Sesé, en la presentación del último Boletín de situación económica que la institución elabora en colaboración con CaixaBank. Con los rescoldos de la desaceleración de la economía alemana y de la quiebra del turoperador Thomas Cook aún sin limpiar, la inminencia del brexit y sobre todo el brote de coronavirus son los dos factores que amenazan el futuro inmediato de las Islas. Aunque el comportamiento del sector turístico fue notable el año pasado, capeando la tormenta que se desató a finales de septiembre con la bancarrota de Thomas Cook (que traía cada año al Archipiélago a más de dos millones de visitantes) y la pérdida de turistas alemanes, el nuevo escenario exige facilitar las cosas a las empresas. ¿Cómo? Con medidas de auxilio fiscal y abriendo líneas de créditos blandos.

La directora general de la Cámara, Lola Pérez, que junto al director de CaixaBank en Canarias, Juan Ramón Fuentes, acompañó a Sesé en la presentación del boletín, explicó que una posibilidad es tramitar esos préstamos blandos a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO). Y entre las posibles medidas fiscales citó, por ejemplo, el aplazamiento del pago de impuestos, para que las empresas no pierdan liquidez en el corto plazo, y de las cotizaciones sociales. Por tanto, son ayudas muy similares a las que los gobiernos aprobaron hace apenas unos meses para contribuir a superar la crisis de Thomas Cook. Y luego está por ver en qué medida las Regiones Ultraperiféricas (RUP), entre ellas Canarias, pueden valerse de sus circunstancias excepcionales (básicamente la lejanía respecto del territorio continental) para mantener el statu quo en las relaciones comerciales con el Reino Unido. Y, por si fuera poco, otro factor que enturbia el escenario, recordó Pérez, es el reparto de los fondos europeos para el período 2021-2027, ya que cada vez parece más difícil que España pueda conseguir que los dineros de la Política Agraria Común, del Posei en el caso del Archipiélago, no sufran recortes.

De todo lo anterior dependerá que 2020 no sea un año malo o incluso muy malo. El objetivo que planteó Sesé es lograr que el ejercicio no cause males mayores, sobre todo en el empleo. Sin embargo, y al margen de esas medidas, el representante empresarial hizo hincapié en que la política no está contribuyendo como debería a superar la coyuntura.

Los representantes empresariales creen que no es este el momento de subir impuestos. Ni desde el Ministerio de Hacienda, que implantará la tasa Tobin, la tasa Google y nuevos impuestos medioambientales, ni desde el Gobierno regional, que sin ir más lejos ha subido el IGIC.

En este escenario, fuertemente marcado por la incertidumbre, los expertos de la Cámara y de CaixaBank no se atrevieron a aventurar cuánto crecerá la economía en 2020, pero Lola Pérez deslizó que la subida del PIB incluso podría ser inferior al 1%. No obstante, todo dependerá de en qué sentido se resuelva esta incertidumbre, de si la crisis por el coronavirus se ataja o no con rapidez, de si la economía alemana se estabiliza definitivamente o de si el brexit es o no traumático. En todo caso será difícil que la economía llegue a crecer al menos el 1,5% que lo hizo en 2019, según los cálculos de la Cámara.