La friolera de 110 euros. Eso es lo que tuvo que pagar por un billete de Madrid a Gran Canaria -solo ida y con tarifa para residentes- un estudiante isleño en Madrid. El cierre de los centros de enseñanza en la capital de España desembocó en que la demanda de vuelos para regresar al Archipiélago se concentrara en las horas posteriores al anuncio de la medida, que tuvo lugar hacia la media tarde del lunes. Una saturación de la demanda que disparó los precios de los billetes.

El precio para volar con Iberia al día siguiente del anuncio del cierre, ayer, llegó a incrementarse hasta los 300 euros. Y la tarifa en Air Europa pasó en apenas minutos de 70 a 90 euros, para seguir encareciéndose a continuación hasta los 120 euros. El joven estudiante canario, que trasladó la situación a este diario, tuvo que abonar finalmente 110 euros. El billete para volver a Madrid hacia finales de mes, que ya ha reservado, le ha costado poco más de 30 euros, con lo que el precio de la ida prácticamente se cuadruplicó.

Amén de subir precios, la caída de demanda producida por el Covid-19 supone importantes alteraciones en el mercado aéreo, lo que se traduce, en el caso de la compañía escandinava Norwegian, en la puntilla a una delicada situación, fuertemente castigada en la Bolsa, con pérdidas el pasado año que superan los cien millones y una de las principales damnificadas por la prohibición temporal de vuelo para los Boeing 737 MAX. Un panorama al que la low cost reaccionaba ayer anunciando la cancelación de unos 3.000 vuelos desde mediados de marzo hasta mitad de junio, que representan el 15% de su capacidad total, y la suspensión temporal de empleos.

La compañía noruega señaló en un comunicado enviado a la Bolsa de Oslo que las cancelaciones afectarán a toda su red y que dará a conocer detalles "tan pronto como estén listos para ser implementados", al igual que otras medidas como las suspensiones de empleo "de una parte significativa de su plantilla".

Norwegian ya ha iniciado consultas formales con los sindicatos sobre las suspensiones para miembros de las tripulaciones, empleados en tierra y en oficinas. Medidas de las que ya tienen noticias sus empleados en Canarias, para donde tenía comprometidas 280.000 plazas para el verano.

El brote de coronavirus ha obligado a la escandinava a cancelar vuelos y rutas en las últimas semanas y a retirar la previsión de ganancias para 2020 anunciada cuando presentó el pasado enero su último balance anual, que arrojó una pérdida neta de 1.609 millones de coronas noruegas (160 millones de euros).

Pero las malas noticias no paran en la aerolínea escandinava. Air Europa, en pleno proceso de venta al holding IAG (al que pertenecen Iberia, British Airways o Vueling), también avanzó ayer a sus trabajadores un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).

El Sindicato Independiente de Tripulantes de Cabina de Pasajeros de Líneas Aéreas (Sitcpla) y el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla) aseguran en un comunicado que la empresa había previsto cuatro escenarios de actuación ante las consecuencias del brote vírico en la empresa. A lo largo de la tarde de ayer, la compañía informó de que se ha pasado al nivel tres, lo que implica un ERTE a los trabajadores.

Air France-KLM también prevé cancelar un total de 3.600 vuelos en toda su red durante el mes de marzo y reducirá en un 25% su programa de vuelos en Europa.

Air France reducirá el 13% de su capacidad de largo recorrido este mes y un 17% en la red nacional, mientras que la aerolínea holandesa KLM reducirá los vuelos de largo recorrido en una cantidad similar. AP Air Portugal hará lo propio y en marzo, abril y mayo reducirá en 3.500 los vuelos.

Permisos de despegue

Precisamente ayer la presidenta de la Comisión Europea anunció que Bruselas quiere modificar las normas sobre los permisos de despegue y aterrizaje de los aviones ( slots) para ayudar al sector de la aviación a afrontar el impacto de la epidemia. Ursula von der Leyen explicó que Bruselas plantea proponer normas sobre la asignación de los slots de aterrizaje y despegue para evitar los llamados vuelos fantasma, que las aerolíneas operan casi vacíos para no perder sus permisos. Von der Leyen dijo que la situación en la aviación "se deteriora cada día".

Los cambios en los permisos de despegue y aterrizaje, precisó la presidenta de la CE, serían una medida "temporal".

En cualquier caso, el Consejo Internacional de Aeropuertos en Europa advierte de que esta crisis no tiene " precedentes" en los aeródromos del Viejo Continente. Según su análisis, en el primer trimestre de 2020 habrá 67 millones de pasajeros menos.