Alrededor de 50.000 puestos de trabajo están abocados a desaparecer progresivamente en las próximas semanas por el frenazo que experimenta el negocio turístico. El deterioro de la actividad obliga a las empresas del sector a llevar a cabo ajustes para acompasar los gastos a los ingresos. Y los recortes alcanzan también a las plantillas. De un momento a otro, el brote de coronavirus ha echado por tierra las previsiones de llegadas de turistas, con lo que las agencias de viajes, la restauración y sobre todo los hoteles y apartamentos se encuentran con más empleados de los que en realidad necesitan. Un escenario en el que los trabajadores con contratos eventuales son el eslabón más débil de la cadena. De hecho, las empresas no solo han dejado de renovar los contratos de estos asalariados, sino que, además, están empezando a rescindirlos.

Así lo avanzó ayer el secretario general de la Federación de Servicios de Comisiones Obreras (CC OO) en Canarias, Ignacio López. "No se está renovando a ningún eventual y ya se está despidiendo a trabajadores a prueba", ahondó el representante del sindicato. El problema es que el peso de la mano de obra eventual en el sector turístico es extraordinario. El contrato eventual por circunstancias de la producción, que así se llama, permite a las empresas cubrir necesidades temporales, de ahí que los hoteles, apartamentos y restaurantes lo usen más si cabe en los períodos de mayor ocupación y afluencia de turistas. Sin embargo, tal como el Tribunal Supremo sentenció en 2012, las empresas también pueden usar este tipo de contrato laboral para sustituir a trabajadores que estén de vacaciones. En definitiva, se trata de una modalidad contractual que sobre el papel se ajusta como un guante al negocio turístico, que se caracteriza por momentos de mayor y menor actividad en función de la temporada y de las circunstancias de los países de origen de los clientes. Todo ello explica por qué entre un 35 y un 40% de los asalariados del sector están contratados bajo esta modalidad. Cuatro de cada diez.

Los últimos datos de la Subdirección General de Conocimiento y Estudios Turísticos, que depende del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, contabilizan un total de 152.481 trabajadores en la hostelería y las agencias de viajes. No obstante, estas cifras corresponden a enero, aún dentro de la temporada alta, que en las Islas comienza el 1 de octubre. En cambio, marzo y abril son meses de transición al período estival, por lo general de menor actividad y donde las empresas necesitan menos empleados y, por tanto, menos eventuales. En estos momentos, según los cálculos del gabinete técnico de CC OO-Canarias, la plantilla global de los negocios turísticos del Archipiélago la integran unas 135.000 personas, 70.000 en la provincia de Las Palmas y algo menos, 65.000, en la de Santa Cruz de Tenerife. Y de ese total, el número de eventuales oscila entre un mínimo de 47.250 -el 35%- y un máximo de 54.000, el 40%. Con la caída de la actividad que está experimentado el turismo, y que seguirá experimentando como poco en las próximas semanas por las cancelaciones de vuelos y el miedo al coronavirus, esa bolsa de miles de empleos temporales se irá así reduciendo día a día. La esperanza de los sindicatos es que el Consejo de Ministros adopte medidas extraordinarias para que al menos no se pierdan todos esos empleos y sobre todo para auxiliar a quienes vayan al paro.

Hay que tener en cuenta que tras esos 47.200 puestos de trabajo no exactamente hay 47.200 personas, sino más y hasta muchas más. ¿Por qué? Justamente por las características del contrato eventual, que está limitado a una duración máxima de seis meses (salvo que el convenio colectivo prevea posibles ampliaciones que, en todo caso, están también limitadas). Además, muchos de estos contratos no son únicamente temporales, sino hipertemporales, es decir, que tienen una duración de apenas días. La hipertemporalidad laboral se ha duplicado, de hecho, desde que a finales de 2007 estallara la crisis económica. En definitiva, y por unas u otras circunstancias, la bolsa de eventuales se mantiene en esa horquilla de entre un 35 y un 40% de las plantillas de las empresas turísticas, pero un mismo puesto acaba siendo desempeñado por distintos trabajadores.

Para ilustrar hasta qué punto esos 47.200 empleos son una cifra considerable basta con apuntar que suponen el 5% del total de ocupados en la Comunidad Autónoma, que suman 940.300 según la última Encuesta de población activa del Instituto Nacional de Estadística. Y representan un punto más, el 6%, de los empleos del sector privado, un global de 784.200.