La cancelación de los vuelos de Jet2 ya tenía el suficiente peso para cerrar temporalmente los hoteles y apartamentos de la Comunidad Autónoma. Pero la reacción de los grandes turoperadores a las medidas de contención del virus decretadas por el Gobierno central no se detuvo en la multinacional de origen británico. El Grupo Ving, la Vinggruppen noruega, también ha suspendido sus operaciones en los aeropuertos del Archipiélago -y del resto del país- y TUI ha comenzado a cancelar vuelos. En definitiva, ya no se trata de si son más o menos plazas aéreas las que se pierden, sino de que, sencillamente, a corto plazo no vendrán más turistas a las Islas. La cuestión, por tanto, ha dejado de ser si habrá o no cierres de hoteles, apartamentos y viviendas vacacionales. La cuestión ahora es cuánto tiempo estarán cerrados los muchos establecimientos que echarán el candado en los próximos días y semanas.

No obstante, los miles de turistas que aún permanecen en el Archipiélago obligan a muchos alojamientos a seguir dando servicio al menos durante un tiempo. Y este también es un problema, aunque pueda parecer paradójico. ¿Por qué? Porque cuando la ocupación del hotel cae por debajo de determinado porcentaje -un porcentaje que varía en función de la categoría del establecimiento-, su explotación es deficitaria. Es decir, que la empresa gasta en prestar el servicio más de lo que ingresa por lo que pagan los huéspedes. Las grandes firmas hoteleras no sufrirán este problema, porque pueden concentrar a los turistas en uno o dos establecimientos y cerrar el resto, pero las cadenas de menos establecimientos no tienen ese margen de movimiento.

En línea con lo anterior, el consejo de administración de TUI estudiaba ayer junto con los hoteleros con que trabaja todas las opciones "para la gestión de la capacidad, a fin de mitigar el impacto tanto para TUI como para sus socios", tal como adelantó el diario especializado en información turística Hosteltur.

Hay que recordar que tanto TUI como Jet2.com tenían previsto que 2020 fuera un año de crecimiento en el mercado canario. Como también Ving, la antigua filial de Thomas Cook para el mercado nórdico, que ahora como independiente ha seguido apostando por las Islas.