¿Cómo se está afrontando desde el ámbito empresarial una crisis de estas dimensiones?

Las empresas se estaban preparando con planes de contingencia ante lo que pudiera pasar y, desgraciadamente, muchas de las cosas que se preveían están ocurriendo y ahora es el momento de empezar a aplicar esos planes. Hay medidas como cancelaciones de contratos temporales y también se están planteando algunos expedientes de regulación temporal de empleo. En definitiva, lo que se intenta es que no se deteriore el empleo pero, en este caso, hay que pasar por una situación transitoria de desempleo hasta que la crisis del coronavirus pase y se vuelva a contratar de nuevo a todo ese personal. Todavía hay muy pocos casos de cierres de establecimientos pero sí se está en la línea de reducir los costes que se puedan. También el Gobierno debe adoptar medidas rápidas para las empresas como es el aplazamiento de impuestos, facilitar la realización de los ERTE y flexibilizar los recargos de la Seguridad Social. El objetivo prioritario es preservar al máximo el empleo.

¿Qué le parece las medidas económicas que han adoptado hasta ahora tanto el Gobierno central como el canario?

Las medidas que se han anunciado tienen que concretarse en documentos de valor jurídico para que haya la tranquilidad de que se van a aplicar de forma efectiva. Hasta ahora hay poco sobre el papel y necesitamos seguridad jurídica para que las medidas sean aplicables y no sólo una simple manifestación de voluntades. Si el Gobierno canario va a aplazar el IGIC lo debe de concretar, igual que el Gobierno central cuando habla de un aplazamiento de la Seguridad Social. En cualquier caso lo deben aplicar lo antes posible porque la situación económica es tan preocupante como la sanitaria.

¿Este escenario es un golpe a las previsiones económicas que se habían hecho para este año en Canarias?

No estoy de acuerdo con las previsiones porque creo que están bastante equivocadas por ser optimistas. Desde mi punto de vista son unas previsiones más basadas en la voluntad que en los hechos, porque los hechos son tozudos y son los que son ya que esta crisis nos va a llevar a una situación mucho peor de lo que están diciendo las previsiones de los distintos institutos de estudios, organismos nacionales e internacionales y los gobiernos.

Pero de alguna manera esta crisis del coronavirus será la puntilla a la ralentización que ya estaba experimentando la economía ¿no?

Por eso digo que las previsiones económicas no se van a cumplir porque la situación provocada por el coronavirus va a impactar en la economía mucho más fuerte de lo que se está previendo. Pensar que la economía canaria va a crecer un 1,2%, la española un 1,4 y la economía mundial también por encima del 1% es, desde mi punto de vista, no entender lo que está pasando y cuál puede ser el impacto real sobre los distintos sectores, entre ellos el turismo, que ya se están viendo afectados.

De todas formas estas previsiones se estaban haciendo antes de la crisis del coronavirus...

Algunas ya se han hecho con el coronavirus. Ya se habían hecho previsiones antes y ya con el crisis del virus en marcha, incluso en mi empresa se había realizado estimaciones más altas, pero con el coronavirus el impacto en la economía va a ser muy importante y por eso se necesitan compensaciones públicas porque, en caso contrario, serán difícilmente aguantables sus efectos sobre las empresas y los trabajadores.

¿Si las previsiones no se cumplen se puede estimar a día de hoy en cuánto puede quedar el PIB tras la crisis del coronavirus?

Es complicado pero teniendo en cuenta que habíamos estimado para la economía canaria en torno al 1,2% en este año, pues es muy posible que se quede en el 0% este año. Este trimestre y el próximo serán negativos para el Producto Interior Bruto de Canarias, aunque todo dependerá de si el coronavirus es más largo o dura menos. En el mejor de los escenarios, es decir, que la crisis no se prolongue más allá de lo estimado por los expertos, el PIB se situará en torno al 0% y si es más larga podemos acabar el año en cifras negativas. Aún estamos en el inicio de la expansión del virus, por lo que el impacto sobre los sectores económicos se irá viendo en los próximos días.

Desde distintos ámbitos también se está lanzando que esta crisis puede ser incluso peor que la recesión de 2008 ¿es de la misma opinión?

Creo que la recesión de 2008 duró mucho pero esta no tiene por qué durar tanto, aunque todo depende de cuánto pueda durar la lucha contra el virus y si se encuentra pronto la vacuna. En mi opinión, no debería ser tan profunda como la anterior crisis pero sí va a ser importante por lo que ya estamos viendo, ya que el impacto sobre la actividad económica es más inmediato como se está observando a diario.

¿Qué peculiaridades tiene Canarias en esta crisis con respecto al resto del territorio nacional?

La principal vulnerabilidad de Canarias en esta situación es la conectividad y la elevada dependencia del sector turístico. Las dificultades por las que pueden pasar las compañías aéreas, bien por motivos económicos o bien por razones jurídicas por el cierre del espacio aéreo, son una debilidad que en Canarias es mucho mayor que en otras comunidades continentales. El sector turístico depende básicamente de la conectividad y en la medida en que ésta se restringe a nosotros nos afecta más, pero tal y como están evolucionando las cosas también el impacto de esta situación llegará a otros sectores económicos que son más importantes en otras regiones como la industria. Creo que la repercusión será en todos los sectores productivos.

¿Se prevé que el paro se pueda disparar teniendo en cuenta la caída drástica del consumo que implica el cierre de tiendas y de los locales de restauración y ocio?

Obviamente como dice el dicho "barco parado no gana flete". Esto es lo mismo, porque si cierran los restaurantes o los comercios no facturan se paraliza la actividad porque la economía se mueve por todos. Esperamos que no se llegue a esa situación en Canarias y que si pasa sea por poco tiempo. Sin embargo, en el sector aéreo y en el del alojamiento sí se está viendo que están siendo afectados y lo van a seguir estando, por consiguiente ésta debe ser la principal preocupación desde el punto de vista económico. Aquí hay dos vertientes principales: la sanitaria, que es la que ahora preocupa más a toda la sociedad, y la otra es la económica.

Sin embargo cuando remita la crisis sanitaria las consecuencias pueden ser más graves en el escenario económico ¿no?

Sí. Una vez que pase la tormenta veremos cómo queda el paisaje, que puede quedar desolado, y ese será la economía. Podemos hace un símil y decir que el coronavirus es el viento y la lluvia de la tormenta y lo que queda después con los destrozos que cause el temporal es la economía. Sin embargo, hay que afrontar este tipo de escenarios con fortaleza, inteligencia y paciencia entre todos, tanto las administraciones públicas como los agentes económicos y sociales.

¿Considera que se están haciendo las cosas bien para que la tormenta se afronte de la mejor manera posible cuando termine?

La parte que nos toca trabajar a nosotros es la de las empresas y, aunque cada empresa es un mundo, creo que por ahora se está actuando como debemos hacerlo en líneas generales. La parte pública supongo que lo estará haciendo de la forma más adecuada posible, lo que hemos manifestado es nuestra predisposición para prestar nuestra colaboración con el sector público en todo lo que podamos. Ya nos hemos visto en varias ocasiones con los responsables de la Administración autonómica, entre ellos el presidente del Gobierno, para hablar sobre las medidas que se están poniendo en marcha. También han existido contactos entre la Consejería de Sanidad y las empresas turísticas y sanitarias. Hay conversaciones telefónicas a diario y contactos bastante directos porque la situación obliga a ello.

Lo que sí preocupa es que, además de los expedientes de regulación temporal de empleo, también hayan despidos como está sucediendo en algunas empresas ¿Forma parte esta situación de un escenario que puede empeorar?

Hay contratos temporales que no se renovarán hasta que la situación se normalice. Está claro que lo que está pasando va a dejar cicatrices y lo que queremos es que podamos revertirlo y volver a la normalidad. Por el camino habrá empresas que no podrán soportar expedientes de regulación temporal y acometan también despidos, pero esperemos que sean los mínimos.

La declaración de alarma por parte del Gobierno central también implica mayor gasto público, por lo que se incrementará el déficit ¿Cree que se van a cambiar los criterios por parte de la Unión Europea para flexibilizar el déficit?

Pero es que van a tener menos ingresos públicos porque habrá menos actividad. Además hay que tener en cuenta que los impuestos son procíclicos, es decir, si la actividad va mal se recauda menos de lo que baja la economía. Encima el gasto va a aumentar porque hay de destinar más fondos a las prestaciones por desempleo, a la sanidad o a las medidas de apoyo a la actividad económica. Por ello, lógicamente, el déficit se incrementa. Por ahora se estarían incumpliendo con todos los escenarios de déficit pero se supone que Europa también va a flexibilizar los criterios, entre otras razones porque esta situación no solo está pasando en España, sino también en varios países de la Unión Europea. Por eso me imagino que habrán reuniones y decisiones para flexibilizar los escenarios de déficit de todos los países.

¿Está de acuerdo con la petición del Gobierno canario de utilizar el superávit para afrontar esta crisis?

Si es para este tipo de cuestiones relacionadas con el coronavirus y mitigar la emergencia sanitaria y el impacto sobre la economía va a ser algo imprescindible. La verdad es que no va quedar otro remedio porque el Gobierno necesita recursos para afrontar la emergencia sanitaria y luchas contra el virus, pero también para acelerar las medidas para estimular la economía y ayudar para que el impacto no sea tan grave.

¿Espera que el Gobierno central ceda en esta cuestión?

No sé si va a ceder, espero que sí porque realmente es la misma medicina que va a tomar el Estado, por lo que tendría que dejar que la tomemos nosotros, es lo más lógico.