La construcción no para y las grandes obras en ejecución en el Archipiélago, como la culminación de la carretera de La Aldea o el cierre del anillo insular en Tenerife, siguen adelante. La lucha contra el avance del coronavirus ha conducido a la paralización de la hostelería y a buena parte del comercio, Canarias se encamina hacia el turismo cero y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado velan en las calles por el correcto cumplimiento de las medidas de reclusión impuestas por la alerta sanitaria declarada el pasado fin de semana. El sector del ladrillo continúa en funcionamiento, pero esto no significa que sea ajeno a una realidad que castiga con fuerza a la economía isleña.

El parón económico al que ha obligado el Covid-19 no ha alcanzado a la construcción o, al menos, no como a otros sectores. El real decreto aprobado por el Gobierno de coalición liderado por Pedro Sánchez no prohíbe que el segmento del cemento continúe con su actividad, por lo que la mayoría de obras han seguido adelante, dentro de este escenario excepcional, con normalidad. Es lo que ha sucedido, al menos, con los trabajos dependientes de la Consejería de Obras Públicas, Transportes y Vivienda del Gobierno regional.

En Gran Canaria siguen adelante las obras de la IV Fase de la circunvalación de Las Palmas de Gran Canaria y las intervenciones en la carretera de La Aldea, entre El Risco y Agaete. En Tenerife, mientras, los obreros prosiguen con los trabajos para el cierre del anillo insular y el enlace Las Chafiras-Oroteanda. En La Palma tampoco se han interrumpido las intervenciones en la variante de Tazacorte a Los Llanos ni en el nuevo trazado del tramo San Simón-Tajuya, al igual que no se ha parado la obra complementaria entre Costa Calma y Pecenescal ni el remate del tramo Caldereta-Corralejo en el eje norte-sur de Fuerteventura. Desde el departamento dirigido por el socialista Sebastián Franquis se asegura, además, que la licitación de la redacción de proyectos o de obras continúa su trámite normal.

De igual modo, los trabajos para la implantación de la MetroGuagua en Las Palmas de Gran Canaria, dependientes en este caso del ayuntamiento capitalino, también siguen su curso en el quinto tramo, que conectará el corredor de la calle Venegas con Archivero Municipal Cullen del Castillo y Luis Doreste Silva, hasta el paseo Cayetano de Lugo.

Garantías de continuidad

Ante la paralización de importantes sectores como el del comercio y la hostelería, pero sobre todo del turismo -aporta más de un tercio del Producto Interior Bruto (PIB) del Archipiélago-, las dos patronales canarias, organizaciones sindicales y expertos económicos han reclamado la continuidad con garantías del resto de actividades. "Todo lo que se pueda mantener, se debe mantener". Esa es la máxima. Ante la inevitable parálisis económica sin precedentes que acarrea esta crisis sanitaria, empresarios, sindicalistas y analistas subrayan la importancia de que los sectores que han quedado fuera del real decreto del Gobierno no encuentren impedimento para llevar a cabo su labor. Con el aluvión de despidos temporales previstos, la agricultura y ganadería, la industria y la construcción se erigen como únicos botes salvavidas.

Y aunque dentro del sector del ladrillo -que emplea a más de 52.300 personas- no se prevén graves consecuencias a corto plazo con la situación desatada por el coronavirus, sí teme que a medio y largo plazo se abran heridas. Una de las principales preocupaciones de los constructores es la posible falta de material. No solo por el temor de que no lleguen a Canarias los suficientes suministros, sino también porque les inquieta que a la larga la Administración Pública cierre el grifo para la ejecución de obra pública por la priorización de otras materias tras la crisis.

El presidente de la Federación Provincial de Entidades de la Construcción de Santa Cruz de Tenerife, Óscar Izquierdo, expone que desde el lunes la mayoría de las empresas han seguido ejecutando sus obras con normalidad. "El problema que tuvimos fue que en algunos sitios la Guardia Civil o la Policía Nacional pararon las obras", indica. La incertidumbre generada a raíz de esos episodios no se ha disipado del todo en el sector, que reclama a la Administración Pública claridad para tener certidumbre a la hora de poder llevar a cabo su actividad "con todas las garantías".

La Consejería de Obras Públicas, Transportes y Vivienda recuerda que las restricciones impuestas al tráfico solo afecta al desplazamiento de pasajeros, no de mercancías. No en vano, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana que dirige José Luis Ábalos ha establecido las condiciones necesarias para facilitar el transporte de mercancías en todo el territorio nacional con el fin de garantizar el abastecimiento.

Raúl Souto, gerente de Foques 33 S.L., una empresa de construcción radicada en Fuerteventura que emplea a 20 personas, decidió el mismo lunes echar el cierre ante el desconcierto generalizado que se vivió en el sector. "Hemos hecho un ERTE y a esperar acontecimientos", señala. Advierte, no obstante, que con independencia de que la construcción pueda seguir adelante con su actividad, éste "tira del sector servicios y de ferreterías. Si están cerrados, ¿cómo vamos a reponer? La construcción no es solo el albañil. Se necesita cemento y bloques". Izquierdo apunta que las empresas que trabajan "mantendrán el empleo hasta que puedan". "De las que han tenido que cerrar, el 90% se acoge al ERTE", añade. Su homóloga en la Asociación de Empresarios Constructores y Promotores de la provincia de Las Palmas, Salud Gil, reconoce, sin entrar en detalles, que "hay consecuencias" para el sector, pero sostiene que ahora lo prioritario es "cooperar" y hacer frente a la crisis sanitaria.

Los fabricantes de cemento, bajo el paraguas de la patronal Oficemen, pidieron hace unos días que no se paralicen las obras de construcción en marcha ante la declaración del estado de alarma y que se continúe con los trabajos bajo el refuerzo de las inspecciones sanitarias, "garantizando la completa seguridad de los trabajadores". La industria cementera da por descontado que la actual crisis provocará "una brusca caída a corto plazo del consumo de cemento", que al cierre del pasado mes presentaba un crecimiento del 3,9%.

Carlos Cerbán, responsable de Construpameca S.L., empresa dedicada a la edificación y reformas en Lanzarote, esgrime que la compañía trabaja un 90% de lo que hacía antes. El cierre de ferreterías, comenta, supone un hándicap para el sector. "Nos vemos un poco limitados por la escasez de materiales. Hay muchos proveedores que tienen las puertas cerradas y no te dan el material", lamenta.

Cerbán calcula que durante los próximos 20 o 25 días no habrá problemas. Las dificultades comenzarán, explica, cuando la empresa tenga que llevar a cabo actuaciones en interiores con loza sanitaria, revestimientos, morteros o pavimentos. "Todo viene de Península. La semana pasada hice un pedido que debería de llegar en diez días, pero ya me dijeron que ni hablar, que se va a retrasar todo", afirma.

Los retrasos en el suministro de material también los ha padecido ya Martín León, dueño de Reforcan, entidad con sede en Tenerife y La Palma. León resta importancia a este hecho -"está tardando más, pero hay casi normalidad"-, pero, al igual que al resto, sí le preocupa el futuro: "Si la crisis sigue y hay gente que se va al paro eso nos va a afectar a todos. Son clientes... Hay incertidumbre".

Las medidas preventivas para evitar contagios también ha supuesto un rompecabezas en el sector. El secretario de la Federación de Construcción y Servicios de CCOO en Canarias, José Manuel Ojeda, indica que se han producido intervenciones policiales en las obras en las que no se han aplicado las medidas de protección. "Puede haber una obra con muchos trabajadores y las empresas tienen que seguir los protocolos. Si se siguen, no hay ningún tipo de problema".

La Fundación Laboral de la Construcción ha publicado, de hecho, una guía con una serie de medidas preventivas. Entre las recomendaciones recogidas, se establece que la entrada a la obra se organice de forma escalonada, de tal forma que no coincidan en los accesos y vestuarios más personas de las que permite la distancia de seguridad de 1,5 metros. Igualmente aconseja a los trabajadores medirse la temperatura corporal antes de ir a la obra y extremar las condiciones de limpieza con las herramientas y maquinaria, sobre todo si las utilizan varias personas.