El suministro de combustibles sigue prestándose en Canarias con normalidad y no hay previsiones de que puedan producirse problemas de abastecimiento. La consideración de las actividades de refino de petróleo, distribución de carburantes y gasolineras como servicios esenciales -no afectados, por tanto, por las restricciones de movilidad y las limitaciones de la actividad económica adoptadas cuando se declaró por primera vez el estado de alarma y ahora reforzadas y ampliadas- las pone a salvo de una eventual paralización y aleja el riesgo de desabastecimiento.

Otro factor contribuye a la tranquilidad: el descenso -más bien desplome- de la demanda hace improbable que se produzcan dificultades en este sentido.

Tanto las compañías energéticas como las autoridades portuarias destacan que la situación es totalmente normal y descartan por completo que tengan lugar problemas de suministro. Los principales operadores del sector -DISA y Cepsa, entre ellos, en el Archipiélago- mantienen todas sus estaciones de servicio abiertas y en funcionamiento, aunque, eso sí, bajo las estrictas medidas de seguridad y precaución que rigen desde que se desató la pandemia de Covid-19 para evitar su propagación. La actividad prosigue sin cambios en todas los servicios que prestan, además del que se da en sus gasolineras: suministro de combustibles en puertos y aeropuertos, distribución de butano o abastecimiento para la generación de energía eléctrica.

Un efecto que sí está teniendo el coronavirus y la anómala situación que ha creado es una disminución continuada de los precios de los combustibles, que se encuentran en los niveles más bajos del año y con visos de que la tendencia descendente siga profundizándose en las próximas semanas. A la abrupta caída de la demanda como consecuencia de la epidemia se suman otros factores, como el desplome de los precios del petróleo.

Bajadas de precios

Así, en los últimos días se han registrado las mayores bajadas del barril de Brent desde los tiempos de la primera Guerra del Golfo Pérsico (1991). La guerra comercial entre productores -la OPEP, por un lado, y Rusia, por el otro- deriva en recortes de los precios casi inéditos que, al menos, contribuyen a aliviar el bolsillo del consumidor.

Según los datos de la Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno canario, el litro de gasolina 95 se vende en la última semana de marzo a 96,68 céntimos, el precio más reducido de toda la región, cuatro céntimos por debajo del que se marcaba a comienzos del año. La media del mismo combustible asciende a Gran Canaria a 103,37 céntimos, dos por debajo del que se registraba a inicios de enero. La tendencia a la baja se constata en todos los territorios insulares, pero se mantiene la brecha que separa a las islas no capitalinas de la provincia occidental del resto. De esta manera, el litro de gasolina 95 cuesta 112,94 céntimos en La Palma, 113,90 en La Gomera y 114,90 en El Hierro. Si bien en estas tres islas los precios siguen siendo más elevados, han bajado con mayor fuerza que en las demás desde que empezó 2020. En cuanto a Lanzarote (104,80) y Fuerteventura (103,21), se mueven en cifras similares a las de Gran Canaria, aunque con una evolución descendente más acentuada desde el arranque del año.

También en la gasolina de 98 octanos es Tenerife a isla con los precios más bajos: 110,53 céntimos el litro, unos 3,5 céntimos menos que en los primeros días de 2020. Gran Canaria marca 115,65, menos de dos céntimos por debajo de enero. Lanzarote, con 115,15 céntimos, y Fuerteventura, con 115,63, presentan precios muy semejantes. El desequilibrio de las islas más occidentales con el resto vuelve a ser patente en este combustible: 120,28 céntimos en La Palma, 121,53 en La Gomera y 122,50 en El Hierro.

Respecto al gasóleo de automoción, Fuerteventura es la isla en la que menos cuesta llenar el depósito: 90,92 céntimos. A continuación se sitúan Tenerife, con 92,02, Gran Canaria, con 96,07, y Lanzarote, con 101,09. En las islas verdes es, de nuevo, donde el gasoil resulta más caro: 106,07 céntimos en La Palma, 106,74 en La Gomera y 107,70 en El Hierro. La caída de los precios en lo que va de año es también generalizada en este tipo de carburante, aunque más destacada en los territorios más occidentales.

Aunque las compañías que operan en Canarias no disponen aún de datos sobre la disminución del consumo de carburantes en estas dos semanas de confinamiento y restricción de movimientos a causa del nuevo coronavirus, todo indica que es de una enorme magnitud. A la limitación de los movimientos de los ciudadanos y de la actividad laboral -más aún desde que el Gobierno decidiera el sábado paralizar toda actividad económica no esencial- se suma la reducción al mínimo de las frecuencias del tráfico aéreo y marítimo, tanto entre islas como con destinos nacionales e internacionales. De acuerdo a las cifras de la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH), las salidas de productos de automoción (gasolinas y gasóleo) retrocedieron un 41,3% en la primera semana del estado de alarma en relación al mismo periodo del año pasado, mientras que en el caso de los carburantes destinados a la aviación la caída fue del 63,8%.

Mercancías

Los puertos canarios tampoco cuentan aún con datos cerrados sobre la evolución de estas últimas semanas, pero ambas autoridades portuarias provinciales resaltan la normalidad con la que se está funcionando. En las operaciones de avituallamiento a buques no se ha detectado "ninguna novedad en especial".

Febrero había concluido con un aumento del 8% en los puertos de Las Palmas en relación al mismo mes de 2019 y, aunque el tráfico interinsular se ha reducido ahora en un 70%, el mantenimiento de otras actividades -la de mercancías y la pesquera- permite augurar que marzo finalice incluso con un ligero incremento -del 2% o 3%- respecto al año pasado.

Puertos de Tenerife coincide en que el transporte de carga ha posibilitado que se mantenga la actividad, aunque advierte de que el descenso se sentirá en abril.