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Crisis del coronavirus La batalla de la logística

Un mercado muy agresivo complica las compras de los empresarios isleños

Llega a Gran Canaria un primer paquete, de 18, con 20.000 mascarillas - La escasez de vuelos y pagos por adelantado, obstáculos en el camino

Envío llegado de Madrid de productos sanitarios. ACFI PRESS

La primera remesa de material sanitario de protección comprado por un grupo de empresarios canarios ha llegado al Archipiélago en tiempo récord, pero no sin antes encontrarse con muchísimos problemas por el camino. Un paquete con 20.000 mascarillas ha sido la primera partida en pisar tierra de un total de 18 que lo harán en los próximos días, siempre que la logística lo permita. En suma, aterrizarán en Canarias 300.000 mascarillas con certificado KN95, que servirán de protección para los trabajadores que están en primera línea de batalla contra el Covid-19. Al mismo tiempo llegaban al Archipiélago también el envío de Madrid y otro coordinado por el Cabildo majorero aunque sufragado por el Ejecutivo regional. En total de 1,5 millones de mascarillas, 8.200 kits para diagnóstico, 4.000 gafas de protección y 500.000 guantes de nitrilo.

Un grupo de consejeros delegados, presidentes y directores generales de algunas de las principales empresas de Gran Canaria han utilizado sus contactos para crear un corredor que propicie la llegada de material sanitario al Archipiélago. Hospitales, residencias de mayores, supermercados o farmacias, son solo algunos de los sectores que recibirán el contenido de esta compra. La emergencia sanitaria ha provocado que el mercado esté colapsado, todo el planeta busca adquirir los mismos artículos -mascarillas, equipos de protección, guantes y respiradores-, por lo que los problemas para traer el material hasta las Islas aumentan cada día. Se cumple la regla de que el primero que llega se lo queda.

El brutal incremento de la demanda mundial también ha provocado que se creen mercados paralelos en los que se intenta sacar tajada del dolor de la ciudadanía, por lo que el sector privado canario ha entablado contacto con clientes y proveedores de confianza en China, lo que ha agilizado las gestiones pero no ha eliminado muchas de las trabas existentes.

Límites en el peso de los paquetes, escasez de vuelos, obligación del pago por adelantado o la subida de precios ante la elevada demanda son algunos de los problemas con los que se han encontrado los importadores canarios. Shanghái (China) se ha convertido en el tubo por el que deben pasar todos los materiales que se exportan desde oriente, lo que ha colapsado las instalaciones y provocado multitud de retrasos en los repartos al resto del mundo. Además, hay fuertes restricciones de peso, por lo que las grandes compras quedan divididas en multitud de partidas que viajan en tiempos distintos.

Un mismo pedido de mascarillas puede estar al mismo tiempo en España, Alemania y China, lo que ha creado mucha incertidumbre entre los compradores, quienes además han realizado el pago total por adelantado.

La situación puede complicarse más si durante el periodo en el que llega la transferencia bancaria a los proveedores de China aparece otro cliente que ofrece una cantidad mayor, lo que amenaza la compra. En esos casos los vendedores ofrecen otro lote pero con fecha de entrega posterior.

El alza de precios es otra de las cuestiones que más preocupan a los importadores isleños, que han visto cómo una caja de 2.000 mascarillas antes costaba 55 euros y ahora su precio alcanza los 600. El coste de entrega también ha subido, actualmente el envío de guantes "inmediato" cuesta el doble que la entrega planificada para el mes de julio.

Los importadores isleños que han participado esta compra masiva se quejan de la mala organización con los vuelos de carga a Canarias y exigen que se facilite el transporte. Temen que la dificultad en las entregas se repita con otros bienes que puedan escasear en el futuro. Hasta el momento no se han querido atrever con la compra de test rápidos por miedo a engaños y a que existan errores en la fiabilidad de los productos y les ocurra lo mismo que al Ministerio de Sanidad.

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