La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Crisis del coronavirus Los que no paran

Solo urgencias y pedidos

Las ortopedias, abiertas por decreto, ven reducida sus ventas al frenarse operaciones y cerrarse residencias

La propietaria de la ortopedia Halqasid Alejandra Monzón entrega a Yeray Díaz unas férulas para su hija en San Isidro de Gáldar, ayer. LA PROVINCIA / DLP

Por decreto, pero también por responsabilidad social, los establecimientos de ortopedia continúan abiertos al público pese a la pandemia del coronavirus. Su objetivo principal es atender a una clientela que estos días de confinamiento se recupera además de alguna dolencia, operación o amputación en casa. Los profesionales del sector saben que sus productos y artículos sanitarios como un corsé, una férula o cojín especial para evitar escaras ayudan a mejorar la calidad de vida y autonomía de muchas personas, por lo que, pese a la crisis sanitaria y económica que también sufren como empresarios, siguen en la brecha. Eso sí, en su agenda diaria solo atienden urgencias y pedidos ya encargados. Y eso es lo que hizo ayer la ortopeda Alejandra Monzón, propietaria de Halqasid, que se encaramó desde la capital hasta San Isidro de Gáldar para entregar una férula para una menor, usuaria de San Juan de Dios y que estos días se encuentra en casa con el fin de que siga su recuperación. "El reparto a domicilio", se hizo en la calle para evitar contagios, "ha sido esencial para nosotros dada la situación delicada en la que nos encontramos", comentó Yeray Díaz, padre de la menor, agradecido con el servicio que les prestó la ortopeda.

"Ha habido una caída total de la facturación pero tenemos un compromiso social con nuestros clientes", explicaba Monzón vía telefónica, que estos días de confinamiento ha tenido que bajar también a Maspalomas para entregar una manga a domicilio a una mujer que se había quemado el brazo.

El trabajo "entra a goteo" dado que desde que se declaró el estado de alarma la clientela de particulares descendió en picado. Pero también la que viene derivada de los servicios de cirugía, traumatología y rehabilitación de hospitales y centros sanitarios, y de residencias de ancianos y centros de personas con discapacidad, de donde se nutren ortoprotésicos, fabricantes y distribuidores de material. Un sector que, según la Federación de Ortesistas y Protesistas de España (Fedop), integra a más de medio millar de profesionales.

Como a tantos ciudadanos, la pandemia del Covid-19 también pilló por sorpresa a Alejandra Monzón, que mientras atiende la llamada de este diario recibe otra de San Juan de Dios para solicitarla un reborde de plástico para un plato para evitar que a un usuario con hemiplejía se le caiga la comida. "El reborde vale 4 euros ¿qué hago, no lo llevo?", se preguntaba la dueña de Halqasid, con tres establecimientos y taller, para argumentar la labor tan importante que están prestando pese a que ha tenido que enviar a sus diez trabajadores a casa con un ERTE -expediente de regulación de empleo temporal- para no seguir generando deudas ante la caída de las ventas, así como por la seguridad de sus trabajadores.

En la ortopedia Bentejuí conocen bien la situación de su colega. Ellos también están abiertos porque el establecimiento está considerado un servicio imprescindible, según ha decretado el Gobierno de España, pero solo dispensan los pedidos encargados dado que no han encontrado material de protección contra el coronavirus pese a que lo buscaron antes de la declaración del estado de alarma. Su propietario, Antonio Rodríguez, comentaba que dado que para hacer una prótesis o vender algunos artículos hay que medir al paciente, han decidido por precaución evitar esa cercanía. "Los hospitales están además parados [operaciones] salvo que sean vida o muerte y las urgencias no son verdaderamente urgencias, pueden esperar", puntualizaba, mientras añadía que algunas prestaciones a residencias de ancianos que tenían en cartera se han anulado ante la situación de pandemia.

Ellos también han tenido que solicitar un ERTE, que afecta a siete personas dado que tienen varios establecimientos además de un taller. Y, como todos los ciudadanos, cree que arrancar motores tras esta crisis "no será fácil".

En ortopedia Vegueta han reducido el horario de servicio a las mañanas y solo trabaja una persona, por seguridad, cuando normalmente son tres. Así lo indicaba Jovanna, una de las empleadas de la empresa, que también se verá afectada por un ERTE. "Los clientes nos llaman por teléfono para ver si están los pedidos porque no atendemos a domicilio. Guardamos todas las medidas de higiene sanitarias que se han difundido y solicitamos a los clientes pagar con tarjeta para evitar contagios. La pasada semana fuimos al Materno para poner un casco en la cabeza de un niño recién operado y también hemos vendido algunos sujetadores posoperatorios para mujeres con cáncer", señalaba sobre cómo se relacionan con sus clientes y el tipo de servicio que han prestado.

El presidente de la Asociación de ortopédicos de las Islas Canarias en funciones, José Curbelo Gil, miembro de la Fedop y que agrupa a una veintena de empresas, manifestaba que pese a estar abiertos "los establecimientos están facturando un 5%" al no haber prácticamente consultas médicas. "Las recetas tampoco se están abonando porque no hay funcionarios del Servicio Canario de Salud que tramitan el papeleo", añadía.

Desde la organización se teme además que el presupuesto que había dado la Consejería de Sanidad tras la aprobación el pasado año del nuevo catálogo de productos ortoprotésicos que serán subvencionados pueda quedar en el limbo ante la crisis sanitaria que ha provocado el maldito virus.

Compartir el artículo

stats